Con el jijiji y jojojo se nos fue la noche de las manos. Yo
que por un trozo de calor me vendo barata y tú que eras tan fácil. La noche hizo el resto. Yo no te importaba mucho pero eso sólo lo supe al día
siguiente y ojalá pudiera echarle la
culpa al alcohol. Ahora lo pienso y digo: debí ser fuerte y pararle los pies…
pero me dejé llevar. La noche me mata. Que tendrá la noche que me mata así? Con
el jijiji y jojojo nos reímos de las penas pero olvidamos rápido nuestros
nombres :-(
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