sábado, 21 de enero de 2017

HOMOFOBIA, XENOFOBIA Y MACHISMO

Hay gente de todos los colores y todas las ideologías. No hay dos personas iguales igual que no hay dos puestas de sol iguales. Pero aún nos queda mucho por hacer en Españistán para eliminar la homofobia, la xenofobia y el machismo.

HOMOFOBIA: Fobia a los homosexuales. Y no sólo a los que son del mismo sexo y se aman, sino también a los bisexuales, travestis y transexuales. ¿Cuándo vamos a aprender que en este mundo cabemos todos, que hay espacio para todos? ¿Por qué siguen agrediendo a los homosexuales? ¿Por qué sigue habiendo odio al amor? ¿Por qué no podemos ser libres para amar a quien nos plazca? Qué delito hay en amar, me pregunto. Si tú no eres igual, si tú no lo harías, si tú eres heterosexual, respeta a las personas que no son como tú. Hay tantos artistas homosexuales que nos han  dejado un legado tan rico. Empezando por Lorca que lo mataron por rojo y maricón, Oscar Wilde y una larga lista que no acabaría.

XENOFOBIA: Miedo a lo diferente. Sí. A gente con otro color de piel, a moros, negros, chinos, gitanos, sudamericanos, etc. A  gente con otra cultura, que cocina otras comidas, que viene de otros países. De China, de Marruecos, de Afganistán, de Siria, del Congo, de Ecuador. ¿Acaso somos nosotros mejores que ellos? ¿Acaso nuestra cultura es mejor? ¿Eso quién lo dice? Gente buena y mala hay  en todas partes. Ellos sienten igual que tú. Sonríen igual que tú. Sufren y lloran igual que tú. Protegen a sus hijos igual que  tú. ¿En serio somos tan diferentes?

MACHISMO: Creencia que consiste en que los hombres son superiores a las mujeres. ¿Hombres mejores que mujeres? Mujeres que cobran menos que los hombres haciendo el mismo trabajo. Mujeres que son sometidas a la ablación. Mujeres a las que sus parejas o exparejas las matan. Mujeres que van con miedo por la calle. ¿Acaso son los hombres más inteligentes que las mujeres? Las estadísticas dicen lo contrario, que hay más mujeres universitarias que hombres. Y, sin embargo, los puestos de responsabilidad, los puestos de mando, son para los hombres. Mujeres que tienen que conciliar la vida laboral con la familiar. Que tienen miedo a quedarse embarazadas por si las echan de sus trabajos. Que abandonan su trabajo para dedicarse a cuidar a sus hijos.

Pero, ¿en qué mundo vivimos? ¿Cómo permitimos todo esto?

Y, ojo, esto es Españistán, ni asomes la nariz por Sudamérica, por la India, Irak, Afganistán, Irán, Siria, Nigeria etcétera etcétera. Allí los derechos humanos se pisotean continuamente. Allí la homofobia, xenofobia y el machismo campan a sus anchas. Aquí podemos darnos con un canto en los dientes.

¿Y cuál es la raíz, la base del problema?

La base del problema está en que el ser humano tiende a pensar que los demás tienen que ser como él. Que todos tienen que pensar como yo. Que yo estoy en lo cierto y los demás equivocados. De ahí los eternos debates de religión, política y futbol en los que la gente defiende sus posturas acérrimamente y no entienden ni respetan la opinión del otro.  La variedad es preciosa. Qué bonito que todos seamos distintos. Qué bello que tengamos tantas culturas diferentes, tanta riqueza culinaria, tantas muestras de arte de países diferentes, tanta música de tantos lugares. Contamíname con tu diversidad, decían Ana Belén y Víctor Manuel. Si algo me gusta de Almería es contaminarme y encontrarme por la calle con hippies, punkis, pijos, ateos, monjas, negros, búlgaros, cubanos, viejos, niños, adolescentes de pelo azul. ¡Cuánta variedad de seres humanos!

Cuando entendamos que la diversidad nos hace ricos y nadie es mejor que nadie, que gente buena y mala hay en todos sitios y en todas las culturas, el mundo estará a salvo.

Cuando entendamos que el cambio empieza en uno mismo, en cambiarnos a nosotros mismos, en evolucionar, en ser mejores cada día y aprender de nuestros errores, en dejar de echarle la culpa al otro, en tener autocrítica, en dejar de ser homófobos, xenófobos o machistas, el mundo habrá dado un paso gigantesco.

Y es la obligación de todo ser humano luchar por ese mundo y denunciar las injusticias y alzar tu voz por los que no la tienen. Si queremos un mundo mejor, claro.

Dos citas para terminar:
“No estoy de acuerdo con tus ideas pero daría la vida por ayudarte a defenderlas” Voltaire

“La empatía es la única ideología que puede cambiar el mundo”

EL HOMBRE DEMASIADO OCUPADO

En este mundo pueden amar los sabios y los necios, los poderosos y los que no tienen nada. Pueden amar los santos, incluso los criminales. El único que no puede amar es el hombre demasiado ocupado.
(de Eladia en el taller de Escritura Creativa)

17012017

He experimentado de todo y aseguro que no hay nada comparable a estar en los brazos de alguien a quien amas.
Jonh Lennon

ANTISISTEMA

Quieren saber quién eres. No. Quieren saber en qué gastas tu dinero. De dónde sacas el dinero. Quieren saber a dónde vas y con quién vas. Lo quieren todo de ti. Todos los movimientos de tu cuenta bancaria. Quieren saber por qué tiritas y por qué no puedes pagar la factura de la luz. Ellos siempre quieren más. Piden y piden. Pero tú no tienes nada más. Nada más que sonrisas, abrazos, amigos, aceite, miel, almendras, jengibre y ropa muy gastada. Lo quieren todo de ti. Quieren tus huesos moribundos para hacer negocio con ellos. Son violentos y despiadados. No saben lo que es la compasión. Vigilarán a tus hijos y siempre irán armados. Quieren hacer negocio con tu cuerpo. Se escudarán en el estado del bienestar pero todo es una falacia. Sólo quieren engañarte y necesitan alguna excusa. No te darán las medicinas que necesitan tus padres moribundos. De eso también hacen negocio. Son los mercaderes de la infamia.

Ellos siempre quieren más de lo que tienes. Actúan en la sombra. Mueven los hilos. Para ellos eres un número. El número de tu casa. El número de tus viejas botas. El número de tu DNI, tu número de móvil y, cómo no, el de tu cuenta bancaria. Aunque no los dejes entrar a tu casa se colarán por las rendijas como el humo negro. Ellos siempre saben dónde buscarte. Tienen todos tus datos. No podrás escapar de sus despiadadas transacciones. Para ellos el tanto por ciento de interés y la prima de riesgo es lo primero.

-Querida, el negocio es el negocio y la cultura es un adorno- te dirán.
-Querida, el mercado es el mercado. El mercado no entiende de solidaridad- te asegurarán.
-Dadas las circunstancias lo mejor es la esclavitud- te aconsejarán.


Los reconocerás porque son de un gris oscuro casi negro. Ende los llamaba los hombres grises. Ten cuidado con ellos. 

UN HOMBRE SOLO

Un hombre solo. Un hombre herido por la bala del arma de una mujer. Un hombre herido no se recompone fácilmente. Hacen falta cien sacos de sal, trescientas botellas de whisky y más de quinientas noches. A un hombre le duele más, infinitamente más que a ti. Tú solías pensar que te dolió mucho pero a él lo dejaron caer desde el pico más alto de la Tierra a las afiladas rocas. Los punzantes riscos le destrozaron el cuerpo, le magullaron los tobillos, le sacaron las entrañas, del corazón sólo quedaron jirones, del alma un puñado de polvorienta tierra seca.


Tú pensabas que a ti te dolió pero no estuviste allí dentro, oliendo el hedor a carne quemada. A ti no te dejaron caer desde el pico más alto, allí donde no llegan ni las águilas. Tú crees que has sufrido pero no sabes los whiskys que él derramó sobre una herida abierta en canal. Creo que tú aún no lo sabes pero él es la persona más sensible del mundo y la quería de verdad. Vaya si la quería. Si lo miraras a los ojos más de tres segundos seguidos averiguarías, sin que nadie te lo contase, el dolor atesorado en cajones oscuros, la sacudida de las pesadillas en mitad de la noche y la fiebre galopando por sus sienes. 

UN CONCIERTO DE SILENCIO

Recuerdo que aquel día decidí olvidar los auriculares. Quería escuchar el latido de la ciudad y el sonido de mis pensamientos. Quería obsequiarme con un concierto de silencio. Hacía tanto que no escuchaba el silencio. La idea había nacido de “El planeta libre” y germinó en mí. Cuando escuché su voz, esa voz que quebró el silencio y me dejó estaqueada en mitad de la calle como si un rayo se hubiese abalanzado sobre mí, me pregunté de dónde habría salido esa criatura celestial, cómo había llegado a mí y por qué era yo tan afortunada.

Su casa era el mar, su colchón las nubes y, las aves que surcaban el cielo, su familia.  Creo que personificaba  la idea que yo poseía de libertad. Dime, ¿quién no ha caído enamorada escuchando tocar a un músico? Él era libre y yo estaba atada al mundo. A las ínfimas trivialidades que tiene el mundo. El sol y el mar me recordaban su libertad y mis cadenas. Le miré a sus ojos color sal y buceé en ellos en un breve instante infinito.

No entendía una sola palabra del idioma en el que cantaba pero cada sonido, cada palabra, cada diptongo, cada nota y cada sílaba hablaban de mí y de cómo me sentía.

No sé si se puede encontrar a Dios en el silencio. . Lo que sí sé es que sonaba a Dios, si es que Dios existe.

SILENCIO

Se lo dije todo. Absolutamente todo. Vacié mi alma en aquella barra de un pub. Le dije todo lo que me quemaba la garganta, todo lo que congelaba el corazón. Le hablé de las noches de soledad, de todas las lágrimas que derramé. Le conté lo de los días sin luz, el frío y el hambre que pasé. Le confesé que nunca me había brindado una sonrisa, que su amargura me estaba dinamitando por dentro. También le narré lo de todas las minas antipersona  que sembró en la casa. Le expliqué que nunca hubo amor, que a duras penas nos soportábamos.


Después de decirle todo aquello se quedó callado. Esperé y esperé. Esperé mucho tiempo pero nunca llegó una palabra de aliento de su boca. No sé lo que pensaba. Sus labios no se despegaron. Sólo se hizo un absoluto y rotundo silencio. 

LA INSPIRACIÓN POR LEE

Y aquí va otro trocito más pequeño del libro, ya no os doy más el coñazo, jejeje, al que le interese que lo busque. Os aseguro que no os dejará indiferentes. Con esta pequeña muestra es suficiente. Me sentí super identificada cuando leí este trozo porque a mí me pasa mucho esto que describe. Y supongo que la gente que hace cosas creativas debe de pasarle algo parecido.
“De noche todavía me cuesta dormir, temo que si no me levanto de la cama a escribirlas, las ideas se volatizarán y ya no podré recuperarlas nunca más. Prefiero quedarme despierto hasta el alba escribiendo un montón de tonterías que nunca funcionarán a sentirme descansado pero incapaz de reconstruir  algo que, quién sabe, podría haber sido bueno.”

Nickolas Butler. “Cartas de amor a quemarropa”

EL ÉXITO EN LA MÚSICA POR LEE

Dedicado a todos mis amigos músicos (que son muchos gracias a Dios), muy especialmente a Valenlao. Esto es lo que Lee piensa del éxito en la música en el libro “Cartas de amor a quemarropa”. En vista del éxito de la publicación en Facebook de un extracto del libro aquí os dejo otro trocito de este maravilloso libro. Como soy pobre (en dinero, en todo lo demás soy inmensamente rica), no puedo comprar cuatrocientos de estos libros y regalároslos. Pero sí que puedo dároslo a conocer y hacerle publicidad y un gran favor a este escritor con tanto talento que ha trabajado en un tostadero de café, en una licorería y en Burguer King. Ojala venda muchos libros y se pueda dedicar a escribir que es lo que hace realmente bien. Mucha suerte Nickolas Butler y mucha suerte a todos los músicos. Hacedle caso al consejo de Lee. Creo que es un buen consejo…

“Los músicos a los que conozco cuando estoy de gira, sobre todo los más jóvenes,  los que son más jóvenes que yo, siempre me preguntan: “ ¿Qué hay que hacer para llegar a dónde tú has llegado? Ese paso, ¿cómo hay que darlo?” Y yo nunca sé qué contestar. Lo que casi siempre les digo, supongo, es que nunca tienen que dejar de intentarlo. Que no se rindan. Pero si estuviera borracho, si de verdad les hablara de corazón, lo que les diría sería esto:
“Cantad como si no tuvierais público, como si no supierais qué es un crítico; cantad sobre vuestro pueblo, cantad sobre el baile de graduación, cantad sobre los ciervos, sobre las estaciones, sobre vuestra madre, sobre las motosierras, sobre el deshielo, sobre los bosques y sobre las praderas. Pero hagáis lo que hagáis, empezad a cantar por la mañana bien temprano, aunque sólo sea para entrar en calor. Y si el sitio en el que vivís es un lugar precioso donde hace calor…

Mudaos a Wisconsin. Compraos una estufa de leña y pasad una semana entera partiendo troncos. A mí me funcionó.”

VOLVER A FIÑANA

“Cuando no tenía otro lugar adónde ir, siempre volvía a Fiñana. Cuando no tenía nada de nada, volvía a Fiñana. Volvía aquí y, de la nada, hacía algo. Aquí podía vivir sin apenas dinero; no tenía en qué gastarlo ni a quién impresionar. Aquí a la gente sólo le importa tu espíritu de trabajo, tu amabilidad y tu capacidad. Yo volví a Fiñana y aquí descubrí mi voz como quién descubre algo que se le ha caído del bolsillo, como si fuera un souvenir que llevara tiempo olvidado. Y cada vez que vuelvo aquí me encuentro rodeado de gente que me quiere, que se preocupa por mí, que me protege como si levantara una tienda de calor. Aquí escucho cosas, aquí el mundo tiene un latido distinto, el silencio suena como una cuerda que alguien hubiera rasgado millones de años atrás, música en los álamos y los abetos y los robles, hasta en los campos y en el maíz que se seca al sol.
¿Cómo le explicas todo eso a alguien? ¿Cómo le explicas todo eso a alguien a quien quieres? ¿Y si no te entiende?”


Con el permiso del señor Nickolas Butler he tomado prestado este texto y donde decía “Little Wing” he puesto Fiñana. Little Wing está en Wisconsin, muy muy lejos de aquí. Pero creo que el sentimiento es el mismo. Esto es lo que piensa Lee (uno de los personajes del libro) de Little Wing. Y esto también lo pienso yo de Fiñana. Así de mágica es la literatura, que conecta emociones y sentimientos y a personas que están muy lejos. El libro lo recomiendo encarecidamente, se llama “Cartas de amor a quemarropa” y es una maravilla. Llegó a mí por puro altruismo del señor Juan Antonio García Pérez, que me lo regaló para mi cumple. Así que desde aquí le doy las gracias de nuevo. Eres grande tio! Si has crecido en un pueblo o tus raíces son de un pueblo podrás disfrutar mucho más del libro. Yo pensaba todo el rato en Fiñana leyéndolo. Acabas enamorándote de todos los personajes. Me gusta definir un libro a un escritor con una sola palabra. Si tuviera que definir este libro con una palabra sería esta: EMOTIVO. 

UN POBRE

Detrás de cada cosa barata que se vende hay un pobre que la fabrica y un pobre que la compra.

SOMBRAS

Nochevieja. Ponte en situación. Más  o menos lo de siempre. Comer hasta reventar. Licores. Bebidas espirituosas. Tacones de vértigo. Lentejuelas. Gente con ganas de divertirse. Vamos, lo de siempre. Todo el mundo amigo de todo el mundo.  Fuera diferencias. ¡Qué coño! ¡Estamos en Navidad! Se palpa en el ambiente la paz y el amor. El frío sigue esperándonos fuera pero entramos en calor con los besos, los gin tonic y los mazapanes. Todos olvidamos los cristales rotos de nuestras vidas. Una especie de algarabía contagiosa como una epidemia lo tiñe todo.

Todos en la misma onda. Pero en aquel local vi una sombra. Se movía entre nosotros pero nadie reparaba en él. Era total y absolutamente transparente. Recogía vasos. Limpiaba nuestros vómitos. Fregaba los baños. Cargaba las cajas de bebida. Se movía sigilosamente. No tenía jefe. Nadie lo mandaba hacer lo que hacía. Lo hacía lisa y llanamente porque le apetecía. Porque esa Nochevieja no tenía nada mejor que hacer ni amigos con los que celebrar nada. Supongo que no se integraba porque en su cabeza había otra cosa. Algo que ninguno podíamos descifrar ni entender. Algo inasible e inexpugnable como el mismo universo.

Me pregunté con quién habría cenado. Seguramente solo. Me pregunté si necesitaría que alguien lo escuchase o que alguien brindase con él. Me pregunté qué habría en su cabeza, por qué no funcionaba como el resto de las cabezas que había allí. Me pregunté si tendría amigos. No puedo imaginar mi vida sin amigos y supuse que sería una especie de infierno al que acabas por acostumbrarte. Supongo que algunos se creerán superiores a él porque su cabeza no es una gran lavadora que lo centrifuga todo como la de Jesús.  Me pregunto quiénes son los locos y quiénes los cuerdos en esta sociedad. Para mí que el mundo está enfermo de un exceso de cordura. Me pregunté si él no sería uno de esos bienaventurados de los que hablaba Jesucristo. Y si el reino de los cielos le pertenecería. Yo lo observaba y algo se me quebró en el alma.


Me acerqué y le dije lo que Matt me dice cada mañana cuando me levanto. Lo que yo a veces necesito tanto oír. Solamente le dije: — Jesús, ¿estás bien?

UN BRINDIS

Esta Navidad sé que todos vamos a brindar.
Yo quiero hacer un brindis muy especial.

Brindemos por ti y por mí,
por lo nuestro,
por lo que pudo ser y no fue,
por lo que vendrá en el futuro.

Brindemos por todo lo que tenemos,
por lo que muchos no tienen,
el milagro del agua corriente,
la magia de la electricidad,
las abluciones que nos aguardan la ducha y el wc,
por el catecismo del confort de tu cama.

Brindemos por la naturaleza salvaje,
por los bosques blancos de Laponia,
por el mar embravecido de Finisterre,
por la luna llena y las mareas,
por las nubes y la tierra mojada.

Brindemos por el Pacha Mama,
por los lobos y las gacelas,
los dragones de Komodo,
las lechuzas y los ciervos.

Brindemos por los libros,
por la sabiduría que encierran sus páginas,
porque se multipliquen como los panes y los peces,
porque nos instruyan y abran nuestra mente,
porque nos hagan vibrar
y nos transporten a lugares exóticos.

Brindemos por los poetas y los filósofos,
por los alquimistas y psicólogos,
los maestros y los músicos,
los animistas y los budistas.

Brindemos por Nepal y la India,
por los pigmeos y por Madagascar,
por los fiordos noruegos,
por el Ampurdán y la Antártida,
por la Alpujarra y Bratislava,
por Shangai y Antofagasta.
Brindemos porque allí también puedan brindar.

Brindemos porque la paz caiga sobre nosotros con todo su peso,
la paz mundial, la espiritual,
la de todas las naciones, la del alma.

Brindemos por empezar de cero,
porque mañana vuelva a amanecer,
Brindemos por la salud de tu cuerpo.
Brindemos por despertar del letargo universal.
Brindemos por los que están lejos o
por los que están junto a las estrellas,
por todos los que llevo en mi corazón.

Brindemos por las causas perdidas
y por los amores imposibles.
Brindemos porque nunca dejes de ser especial.
Choca tu copa con la mía
y brindemos hoy,
mañana puede ser tarde.
Por ti. Por nosotros.

FELIZ NAVIDAD Y VENTUROSO 2017



NO ESTÁS DEPRIMIDO, ESTÁS DISTRAÍDO

No estás deprimido, estás distraído.
distraído de la vida que te colma,
tienes corazón, cerebro, manos, ojos, boca;
alma y espíritu, pensamientos que te hacen ser libre.
Entonces, ¿cómo puedes sentirte pobre y desdichado?

No estás deprimido, estás distraído.
Distraído de la vida que te rodea:
el mar embravecido, los bosques salvajes,
el sol que te calienta, la magia de la luna,
las insondables estrellas, el  intrincado universo.
las águilas, los felinos, los linces,
los búhos y los murciélagos.
¿Cómo puedes no sentirte parte de  algo tan grande como es este precioso planeta azul?

No estás deprimido, estás distraído.
Sufres por una persona,
porque una persona no te quiere,
cuando en el mundo estamos más de 6000 millones.
No es tan malo estar sólo.
Haces con tu vida lo que quieres a cada momento,
sin dar explicaciones.
Te conoces más y eso es muy importante en la vida.
Tu mejor amigo has de ser tú mismo
y cuidarte y mimarte y quererte y
agradecer que estás vivo.
¿Cómo puedes sentirte solo cuando hay más de cien pupilas en las que verte reflejado?

No estás deprimido, estás distraído.
Te sientes viejo,
con 30, con 50, con 60, con 80.
José Saramago con más de 80 años seguía escribiendo con la misma pasión.
Bob Dylan con 75 sigue componiendo.
No estás viejo, estás distraído,
no te das cuenta que estás vivo
y que cada día que amanece es un regalo,
una oportunidad para hacer con tu vida lo que más desees.
Nunca es tarde para ser astronauta, escritor, músico, filósofo.
Comienza de cero cada día.
No pienses en el pasado.
No pienses en tus limitaciones.
Disfruta cada minuto y empléalo bien.
Sonríe, agradece, canta, baila, juega, emociónate.
Vive.
¿Cómo puedes sentirte viejo?

No estás deprimido, estás distraído.
No encuentras la felicidad y es tan fácil.
Lo que llamas problemas son lecciones,
lecciones para hacerte más fuerte.
Míralo como oportunidades.
No perdiste a nadie,
el que murió se nos adelantó,
porque para allá vamos todos.
Además, su recuerdo, su amor, lo mejor de él, sigue en tu corazón.
¿Quién dice que Jesús está muerto?

No estás deprimido, estás distraído.
Haz sólo lo que amas y serás feliz.
el que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito.
No hagas nada por obligación ni compromiso,
hazlo sólo por amor,
entonces habrá plenitud.
La felicidad no es un derecho, es un deber,
porque si no eres feliz estás amargando a todo tu barrio.
Hay tantas cosas para gozar
y nuestro paso por la Tierra es tan corto
que sufrir es una absoluta y total pérdida de tiempo.

No estás deprimido, estás distraído.
Distraído de lo que tienes en tu nevera.
Tienes chocolate, vino,  croquetas,  magdalenas, paella.
¿Y que más tienes?
Tienes a Mozart, a Bach, a Beethoven;
Los Rollings, los Beatles, David Bowie, Sabina, Rosendo.
Tienes a Auster, a Muñoz Molina, a Murakami, a Hesse, a Oscar Wilde;
1984, La historia interminable, Romeo y Julieta, Ana Karenina.
Tienes a Mondrian, a Dalí, a Cezane, a Magritte, a Modigliani.
Por citar una infinitésima parte de los artistas que nos rodean,
de todo la inmensa herencia que nos dejaron.
¿Cómo puedes decir que te aburres?

No estás deprimido, estás distraído,
distraído por tu ego
que te limita y cansa,
que te aletarga.
En cambio la inocencia lo ve todo con asombro,
nos lleva de fiesta en fiesta,
la inocencia ve todo por primera vez.
Para ella todo es novedad, constantemente, cada día.
La inocencia trata a todos por igual.
El ego juzga, el inocente vive.
El inocente renace a cada instante,
como los niños.
Aprende de ellos.
¿Cómo puedes sentirte cansado?

No estás deprimido, estás distraído.
Olvida lo que eres y comienza de cero ahora mismo.
Como si este fuera tu último minuto.
Como si te apuntasen con un arma.
No continúes en la indolencia.
No sigas deprimido.
No sigas distraído.
La vida te espera.
El mundo te espera.
Levántate del sillón y coge la vida por las solapas.

Texto inspirado en “No estás deprimido, estás distraído” de Facundo Cabral

y escrito por La Maga.