martes, 2 de enero de 2018

PERMANECER

Dedicado a todos los interinos

“Siempre acabamos llegando
a donde nos esperan”
José Saramago

PERMANECER
Me gustaría permanecer en tu retina
más de una milésima de segundo.
No quiero soltar amarras.
No quiero ir de puerto en puerto
cogiendo barcos que me alejen de ti.

Quiero estar en esta orilla.
Llamar hogar a algún sitio.
No quiero desvanecerme
como la voluta de humo
que exhalas al aire.
Quiero un centro de operaciones.
Quiero anidar en un viejo sauce.

Quiero dejar de ser
el vaho que sale de tu boca.
Quiero tener algo entre los dedos
que no se evapore al amanecer.

Aunque Casiopea se vea
desde cualquier parte del planeta,
el cielo tirite de frío
y yo sólo sea polvo de estrellas;
lo único que quiero
es que el barro no borre
las huellas de mis pies.


DE NINGUNA PARTE

“Sé de dónde vengo,
pero no distingo el suelo que piso”

DE NINGUNA PARTE

Tuve que cruzar el universo entero para llegar hasta ti
y cuando alcancé tu orilla tenía ganas de llorar.
Creí que iba a besar el barro y tus cicatrices,
que iba a cantar bajo la nieve que caía de tu cielo.

Creía que iba a bailar bajo tu luna llena.
La que tú me ofrecías desde allá tan lejos.
La que había absorbido a sorbos cortos tantas veces.
Respiré tu aire a bocanadas y me supo amargo,
como nunca imaginé.
Me recibieron las luces  que parpadeaban a mi paso.

El frío de mis pies y manos desapareció.
El mar rellenó todos los huecos de mi alma
con agua salada que provenía de manantiales
que brotaban de tus ojos mustios.

Si he de ser sincera creía que vendrías a recibirme
con ramos de rosas rojas.
Si he de ser sincera creía que me pertenecías
y que te pertenecía.
Ahora sé que no pertenezco a ningún sitio.

Te  anhelé tanto
y te llamé tantas veces hogar
que ahora sé  que sólo pertenezco al barro
que lamen mis pies.

Me siento la habitante de los no lugares,
la desertora de la realidad
y la constructora de quimeras.
Cuando el viento silba mi nombre
sólo oigo que dice:

“Eres de ninguna parte”