sábado, 13 de febrero de 2016

SOMBRAS



La sombra del tiempo acecha en las cosas pequeñas.
Me cuesta comportarme en los grandes eventos.
No logro reconocer a la que me devuelve el espejo.
Mis pies no se amoldan a ningún calzado
y tú estás cada vez más lejos.

Las sombras de los objetos cotidianos
sobreviven a las pequeñas catástrofes.
Sé que no pertenezco al suelo que piso
y que mis huellas las lame el barro.

Pero las sombras siguen ahí,
en la taza del café,
en el libro a medio abrir,
en el silente sillón.

Si las sombras no fueran
tan calladas, tan oscuras o tan lóbregas,
vete tú a saber,
yo sobreviviría a las catástrofes que anticipan.

ESCAPAR



Escapar sin saber muy bien de qué,
de los días pares,
de las zarpas de la vida,
de las trampas del azar,
de las jaulas de cemento.

Escapar de lo oscuro y de lo tibio,
de las noches sin magia,
de los días que no llegan,
del pan del mañana,
de las orugas de tu jardín,
de los lúgubres círculos de la vida.

Escapar de la vida brindando por la amistad,
paladear el amargo lúpulo,
brebaje mágico que descuenta los minutos al reloj.

Salir de casa el viernes por la noche
para tratar de escapar de la cordura de un mundo loco,
con el único revulsivo
de  tu mirada y tus movimientos torpes.

DE LO TELÚRICO Y OTROS VIAJES



“Qué bello es el instante que dura un instante”

Viajando de lo telúrico a lo posmoderno,
de Couldoutside a las cápsulas del tiempo.
Siguiendo las rutas de las telarañas que teje el arte abstracto.
Entrando por pasadizos,
saliendo por puertas ocultas.

De lo inquietante al escalofrío en la médula.
De los viajes que abren brechas
a las vueltas que anticipan el ocaso.
Del misterio urbano a la catarsis
y luego, de nuevo, a Bonzo.
De lo indescifrable a la luz de neón.

De ti a mí sólo un paso.
De destruir “Retrovisores” en el devenir
a mi David Bowie de vinilo,
con el único propósito de contar historias ajenas y propias,
que contaminan mi retina,
mientras Madrid se abre paso entre venas y arterias.

MI LUGAR EN EL MUNDO



De Madrid prefiero Lavapiés al Corte Inglés.
Me ilumina la humildad y me mata la pedantería.
Me conmociona la pobreza pero no los quiero al otro lado de la alambrada.

De Madrid prefiero Vallecas a la Moraleja.
Me empuja un resorte hacia los músicos callejeros.
Me entusiasma lo distinto a mí, la variedad humana
y de eso Madrid sabe mucho.
Me encandila el que se inventa las reglas,
en un mundo en el que las reglas las ponen los de arriba.

De Madrid me gustan las tiendas de segunda mano
y me produce urticaria Pedro de Hierro,
el caballo de Ralph Lauren
y creo que hasta Desigual.
Me vacía la ostentación y el mundo de las apariencias.

De Madrid prefiero a los hippies, los punkis, los skaters y los antisistema.
Cuando llega la noche,
 a los gatos de Madrid se les dilatan las pupilas
y yo me quedo pensando delante de una tila fría:
“Mi lugar en el mundo es, sin duda, ser emperatriz de Lavapiés.”

HASTA LUEGO CONCHA

Seguirán dando conciertos y los pubs se llenarán los viernes por la noche. La gente sonreira y muchos contarán chistes. Pero tú ya no estarás. Las penas seguirán doliendonos los domingos por la noche y los problemas crecerán como enredaderas. Alguien llorara por la calle. Pero tu paso tremulo ya no arrastrará a duras penas las piernas. Juan y medio seguirá saliendo en canal sur pero tú ya no lo verás. Tu chispi seguirá ladrando cuando suene el portero. El hombre descubrirá nuevos inventos que transformarán la humanidad, a ti, que tanto te costaba usar un teléfono. Habrá guerras lejos y cerca, guerras incluso internas en cada uno de nosotros, tú que viviste la guerra Civil. Ya no esperaras paciente que se ponga el sol. Este mundo no se para por nadie, ni siquiera por ti, que amaste a tus hijos y luchaste con todas tus fuerzas. El hombre, en su infinita ineptitud, acabará un día con este planeta pero ya hará mucho que tu te hayas ido. Mientras estemos en el mundo los que te conocimos seguirás estando viva aunque tú no estés.
Hasta luego, Concha. Descansa

HUIR DE MADRID



Quiero gritar ante un precipicio
que no existes más que en mi imaginación.

Que tu boca existe porque yo la dibujo,
que tus ojos existen porque yo los miro,
que Madrid existe si nosotros estamos allí,
que el mar existe cuando baña tu piel,
que tus dedos existen cuando rozan los míos.

No me dejas más opción que huir
de tu boca,
de tus  ojos,
del mar,
de Madrid y
de tus manos.