“Qué
bello es el instante que dura un instante”
Viajando
de lo telúrico a lo posmoderno,
de
Couldoutside a las cápsulas del tiempo.
Siguiendo
las rutas de las telarañas que teje el arte abstracto.
Entrando
por pasadizos,
saliendo
por puertas ocultas.
De lo
inquietante al escalofrío en la médula.
De los
viajes que abren brechas
a las
vueltas que anticipan el ocaso.
Del
misterio urbano a la catarsis
y luego,
de nuevo, a Bonzo.
De lo
indescifrable a la luz de neón.
De ti a
mí sólo un paso.
De
destruir “Retrovisores” en el devenir
a mi
David Bowie de vinilo,
con el
único propósito de contar historias ajenas y propias,
que
contaminan mi retina,
mientras
Madrid se abre paso entre venas y arterias.
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