Entras destruyéndolo todo.
Taponas arterias,
engulles mi alma,
me aniquilas la vida,
acabas con mi sonrisa.
Azotas como el mar
mi maltrecho cuerpo.
Por dentro lo destruyes todo,
por fuera ni se nota.
Trago y trago
con tu funesto negocio.
Me digo que se acabará un día u otro,
que va a desaparecer tu olor de mi cuerpo,
que voy a ser fuerte,
que podré vivir
sin tu destrucción
galopando por mis entrañas.
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