Se estrecha el cerco,
poco a poco,
como en esas películas
en las que menguan
las paredes y el techo,
y los ocupantes se salvan
por los pelos.
Se estrecha el cerco,
como el círculo de fuego
del escorpión.
Cuando el escorpión
prefiere picarse a sí mismo
que morir en las
llamas.
Se estrecha el cerco,
y lo vas notando,
pero no puedes moverte,
estás paralizado.
Es un cerco muy grande,
podrías construir una casa dentro,
tampoco es de fuego,
y las paredes y el techo
se mueven a tres milímetros por hora.
Y puede que…
como en las pelis,
te escapes en el último momento.