La música me salva,
me salva diariamente,
de una y mil maneras,
con una y mil canciones.
La música me salva de olvidar lo importante,
saca lo mejor de mí.
La música me salva de olvidar la magia,
de tocarla con la punta de los dedos.
Me salva de la idiotez y de la vulgaridad.
Entra por mis venas,
recorre arterias
y llega hasta el corazón.
La música le da alas a mis pies,
y me procura altas dosis de relatividad.
La música es el único bálsamo que lo cura todo.
Si Dios creó la
música, creo en Dios.
Lo único que no me ha fallado en toda mi vida ha sido la
música.
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