Se derriten los polos, es una verdad
irrefutable. Se derriten lentamente. El cambio climático está ya aquí. Pero el
calor no derrite siempre el hielo. Lo diga el físico que lo diga, no es verdad,
lo sé a ciencia cierta. Hay corazones que son verdaderos icebergs y que nada
puede derretirlos. Ni el calor, ni el amor, ni una palabra dulce, ni una mirada
intensa, ni un beso a media luz.
Deberíamos firmar todos en una de esas
páginas webs que defienden los derechos del Ártico, ese santuario polar.
Pero a mí lo que realmente me gustaría es
firmar por derretir la escarcha del santuario polar de tu corazón.
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