Quiero tener los ojos muy
abiertos. Tanto como me sea posible. Dejar que entren las formas precisas por
la córnea y que, de ahí, la información pase al cerebro y se convierta en la
realidad que tengo ante mis ojos.
No quiero que mi cerebro
malinterprete la realidad. Quiero vivir con los ojos abiertos, aunque sea más
fácil vivir con los ojos cerrados, aunque nada sea real, aunque la muerte
convierta todo en una gran mentira.
Para vivir, para vivir de verdad,
mejor abrir bien los ojos.
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