sábado, 18 de julio de 2015

EL ETERNO RETORNO



No sé cuantas veces he cometido los mismos errores. No lo puedo saber. Quizá nadie lo sepa. No llevo la cuenta de mis errores y eso es lo peor de todo. Sí. Lo peor de todo. Porque olvidar un error y perder la cuenta hace que los cometas una y mil veces. Así hasta la saciedad.
No sé cuantas veces he tropezado en la misma piedra. No lo puedo saber aunque quiera.  Mi memoria de pez lo olvida. Y por esta razón da igual tener ocho años, treinta y siete u ochenta y uno. Sigo sin aprender.
Alguien dirá (yo misma para darme ánimo en mis horas bajas): Tienes intacta la inocencia. Empiezas de cero siempre. Las heridas te sanan. Pero la otra yo me contesta: ¿Y qué? ¿Qué has ganado con eso? Caer. Caer. Caer. Levantarte. Levantarte. Levantarte. Una y otra vez. Y me cansa. Me cansa tanto. Quizá esa sea mi arma de defensa inconsciente. Para sobrevivir olvido el dolor. 
Pero ahora, ahora me estoy dando cuenta que las heridas deben dejar cicatrices. Y las cicatrices sirven para no olvidar que dolió y no volver a coger ese camino. Quizá en mi cuerpo no haya cicatrices pero debo protegerme de nuevas heridas.
Ahora me estoy dando cuenta por qué Christina Rosenvinge tituló uno de sus mejores discos “Cerrado”. Quiero estar cerrada. Opaca. Impermeable. Como la Rosenvinge en su mejor disco. Llevo demasiado tiempo siendo Sísifo, imaginando a Sísifo feliz subiendo esa pesada piedra eternamente.
Quiero dejar de ir descalza por la vida y aprender. Porque lo que es aprender he aprendido poco de los golpes. Y te puedo asegurar que han dolido.
Y aunque mi admirado Chaplin dijese: “Me encantan mis errores. No quiero renunciar al hecho de equivocarme.” Y  mucho tiempo esa frase la he llevado por bandera, ya no. Me he cansado. Lo siento, Charlot, pero ya no.
Si tuviera que pedir un deseo, ahora mismo, pediría una buena memoria y tener todas esas cicatrices en mi cuerpo. Pero esta noche no he visto ninguna estrella fugaz, ni adiviné dónde tenía la pestaña, ni pude susurrarle a un molinillo mi deseo, ni estrené nada nuevo, ni era San Juan, ni mi happy birthday.

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