martes, 26 de julio de 2016

UN OCÉANO INSALVABLE

Un océano los separaba. Una brecha insalvable. Un precipicio que Ella no se atrevía a saltar. Miraban la misma luna de plácida redondez con la misma fascinación desde distintos continentes.  Años luz distaban las estrellas que tintineaban en el cielo infinito. 9.795 kilómetros y siete horas de diferencia horaria los mantenía a cada uno en las antípodas del otro.

Ella se conformaba con la poca información que tenía de Él. En sus fotos de perfil podía observarlo como una voyeur. En su foto junto al mar Ella podía oler la sal y notar la brisa marina. En su instantánea con la guitarra escuchaba el rasgueo de sus dedos contra las cuerdas. Podía incluso saborear el mate  que Él paladeaba en medio de aquella naturaleza salvaje del otro lado del mundo.


Y en aquella foto en la que saltaba con júbilo entre dos montañas podía sentir como Él le pedía que saltase. Que no mirase hacia atrás y saltase de una vez ese océano  que los separaba. Que se zambullese en la locura de ir a su encuentro. Desde aquella foto de perfil Ella notaba como le susurraba: - No tengas miedo. El miedo te paraliza y te engulle lentamente. 

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