Después del saludo educado y correcto,
¿qué vendrá luego?
el pellizco en el estómago,
cada vez que vuelva a verte,
con cada saludo educado y cortés,
en cada madrugada.
El pellizco que perderá debilidad,
con el tiempo,
cuando se me echen encima
todos esos días, noches y madrugadas sin ti,
que me sacarán a flote.
Cuando me aplaste el tiempo,
y te conviertas en grano de arena en mi universo.
Cuando el olvido me tome de la cintura,
y me lleve a lugares paradisíacos.
Cuando caiga sobre mí
el telón de acero que me separe de ti.
Hasta entonces…
el pellizco en el estómago…
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