El acto de presentación será en Almería en Febrero. Ya os avisaré y os invitaré a todos. Será una gran fiesta!!!. Feliz no. Lo siguiente!!! Es una obra coral. Aquí os presento a sus personajes, con un extracto del capítulo 1 del libro. Yo les tengo mucho cariño. Los he parido yo. Me han acompañado durante muchas noches.
¿Os apetece conocerlos?
AFRODITA SOLA. AZUL BOMBAY ZAFIRO
[…] Ella espera que le pregunten por qué casi toda su casa está decorada en azul, por qué el cuadro de la cabecera de su cama es “La noche estrellada” de Van Gogh. Ninguno de los sucedáneos se lo pregunta. Sabe que el elegido se lo preguntará. Mientras tanto, pide fuego, busca pistas, se ahoga en un mar de ginebra, se encierra en los baños con desconocidos o con Luis Izquierdo. Sin quererlo Afrodita Sola lleva años encerrada en ese pub taponando todas las salidas.
LUIS IZQUIERDO. “AÑIL”
[…] Luís Izquierdo siempre viste de negro, incluso para estar por casa. Tiene tatuajes en sus brazos y espalda y un don extraño para las caricias con su mano izquierda. Adora el negro, a su boa constrictor y a los poetas malditos. Todo el mundo que conoce a Luís Izquierdo piensa que es un tipo siniestro y oscuro.
SANTIAGO SERRANO. AZUL DE LAS PROFUNDIDADES
[…] Santiago en sus sueños se zambullía en esos ojos del azul de las profundidades marinas. Soñaba que se sumergía en lagos con las aguas muy oscuras, llenas de lodos, en las que apenas se podía nadar en la oscuridad de la noche sin luna. Se ahogaba todas las noches en oscuros pantanos y resucitaba todas las mañanas en la seguridad de su cama. Tenía un armario muy grande en un dormitorio muy pequeño. En ese armario tan grande cabía todo, la inmensa ciénaga en la que se ahogaba todas las noches, los deseos y las frustraciones, las camisas y camisetas, el azul de las profundidades de unos ojos de ángel, los monstruos marinos y las bufandas de lana tejidas con parsimonia por su madre.
ADELINA ROJO. ABEL CABALLERO ROJO NO ENCUENTRA EL CAMINO A CASA
[…] Y luego el rojo, no el azul, el rojo; que mancha, que hiere, que lastima, que tiñe sus vidas perfectas, que sabe a fracaso, ese que desconocen Arturo y Adelina en el plano laboral. No quieren saber de quién es la culpa. No quieren culpables. Quieren la sillita en el BMW, los biberones y las risas de Abel. Quieren que Abel encuentre el camino a casa.
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