domingo, 2 de octubre de 2016

EL IMPOSTOR

El impostor usa el mismo nombre que tú
pero no eres tú.
Huele igual,
tiene su mismo tono de voz,
pero no eres tú.

No tiene la misma ternura en la mirada,
tiene las facciones más adustas,
la expresión árida,
la mirada gris.
Han perdido color sus mejillas.
Ya no silba sus canciones favoritas.
Es un pálido reflejo de lo que fue.

¿Dónde se quedó el brillo de tus ojos,
la luz de tu mirada?
¿Por qué camino tibio transitaste?
¿En qué momento se te olvidó sonreír?
¿En qué momento se te olvidó lo que era vivir?
¿En qué preciso momento te perdiste en el infierno de las letras y los números?
¿Cuándo te convertiste en la cuenta de tu banco?
¿Por qué te vendiste tan barato?

Tú,
que soñabas con surcar el aire
y conquistar todos los mares  como un pirata.

Tú,
que pensabas tatuarte unas alas.
que querías ser astronauta, piloto, buzo y paracaidista.
¿En qué momento te helaste por dentro?
¿A qué puerto encallaste?
¿A qué mercader le vendiste tus sueños?
¿En qué preciso momento comerciaste tu alma con el diablo?
¿Fue de repente o gradual?

Entonces me quedo mirando a los ojos del impostor
y le digo algo trascendental como:

-¿En serio que ya no sueñas de día?

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