lunes, 17 de octubre de 2016

PRIMACÍA Y RECENCIA

Maldito efecto de primacía y recencia.
Olvido lo que fueron las ciudades,
olvido las luciérnagas y los agujeros negros
de la insondable noche.
Recordé la ciudad viva y agreste,
la encontré tibia y helada.
Maldito efecto de primacía y recencia.

Estuve bajo el efecto de la dopomina
mientras me mirabas.
Se cerraron las persianas de tus ojos
y luego vinieron  las deudas pueriles
a pisarnos los talones.
Vino la maldita recencia a estropear
mi triunfante noche
y mis cinco minutos de gloria en la primacía.

Confieso que estuve toda la noche
bajo el efecto de la serotonina.
Luego sólo quedó
un mechero con una calavera,
una colilla a medio apagar,
montañas de ceniza,
las sábanas ásperas,
las tinieblas en tus pupilas.

Todas las especies de OVNIS,
todas las especies de bichos raros,
todas las especies de dinosaurios,
todo lo que sé,
se alimenta del maldito efecto de primacía y recencia
en el final de mis noches frías.



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