La pequeña dulcinea ha muerto,
la princesa perfecta no soportaba su perfección y se suicidó.
Las barcas ya no necesitan el alta mar para naufragar,
naufragan en la orilla.
La pequeña dulcinea ya no quiere hablar,
quiere ser muda.
Tantas cosas tenía que decir y ahora quiere ser muda.
La mudita escucha atentamente como Momo y luego sonríe.
Enmudeció para siempre cuando supo que la luna no podía escucharla,
sólo podía ser contemplada.
Las fiestas del vecino siempre fueron mas divertidas que nuestras fiestas.
Pero el vecino se ha muerto y ni tu ni yo queremos ir a ese velatorio.
Tu creías que yo era una clochard,
mendigando las migajas que salían de tus dedos,
pero no sabías que mi carrito es mágico,
(no sólo contiene muñecas de trapo viejas y restos de revistas caducadas)
y me lleva inmediatamente lejos de tu feudo cuando quiero.
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