jueves, 10 de septiembre de 2009

MILAGROS

A veces los milagros existen

viernes, 4 de septiembre de 2009

NECESIDADES

No sé por qué me dedico a esto. Si lo supiera, probablemente no tendría necesidad de hacerlo. Lo único que puedo decir, y de eso estoy completamente seguro, es que he sentido tal necesidad desde los primeros tiempos de mi adolescencia. Me refiero a escribir, y en especial a la escritura como medio para narrar historias, relatos imaginarios que nunca han sucedido en eso que denominamos mundo real. Sin duda es una extraña manera de pasarse la vida: encerrado en una habitación con la pluma en la mano, hora tras hora, día tras día, año tras año, esforzándose por llenar unas cuartillas de palabras con objeto de dar vida a lo que no existe…, salvo en la propia imaginación. ¿Y por qué se empeñaría alguien en hacer una cosa así? La única respuesta que se me ha ocurrido alguna vez es la siguiente: porque no tiene más remedio, porque no puede hacer otra cosa.

Esa necesidad de hacer, de crear, de inventar es sin duda un impulso humano fundamental. Pero ¿con qué objeto? ¿Qué sentido tiene el arte, y en particular el arte de narrar, en lo que llamamos mundo real? Ninguno que se me ocurra; al menos desde el punto de vista práctico. Un libro nunca ha alimentado el estómago de un niño hambriento. Un libro nunca ha impedido que la bala penetre en el cuerpo de la víctima. Un libro nunca ha evitado que una bomba caiga sobre civiles inocentes en el fragor de una guerra. Hay quien cree que una apreciación entusiasta del arte puede hacernos realmente mejores: más justos, más decentes, más sensibles, más comprensivos. Y quizá sea cierto; en algunos casos, raros y aislados. Pero no olvidemos que Hitler empezó siendo artista. Los tiranos y dictadores leen novelas. Los asesinos leen literatura en la cárcel. ¿Y quién puede decir que no disfrutan de los libros tanto como el que más?

En otras palabras, el arte es inútil, al menos comparado con, digamos, el trabajo de un fontanero, un médico o un maquinista. Pero ¿qué tiene de malo la inutilidad? ¿Acaso la falta de sentido práctico supone que los libros, los cuadros y los cuartetos de cuerda son una pura y simple pérdida de tiempo? Muchos lo creen. Pero yo sostengo que el valor del arte reside en su misma inutilidad; que la creación de una obra de arte es lo que nos distingue de las demás criaturas que pueblan este planeta, y lo que nos define, en lo esencial, como seres humanos. Hacer algo por puro placer, por la gracia de hacerlo. Piénsese en el esfuerzo que supone, en las largas horas de práctica y disciplina que se necesitan para ser un consumado pianista o bailarín. Todo ese trabajo y sufrimiento, los sacrificios realizados para lograr algo que es total y absolutamente… inútil.

La narrativa, sin embargo, se halla en una esfera un tanto diferente de las demás artes. Su medio es el lenguaje, y el lenguaje es algo que compartimos con los demás, común a todos nosotros. En cuanto aprendemos a hablar, empezamos a sentir avidez por los relatos. Los que seamos capaces de rememorar nuestra infancia recordaremos el ansia con que saboreábamos el cuento que nos contaban en la cama, el momento en que nuestro padre, o nuestra madre, se sentaba en la penumbra junto a nosotros con un libro y nos leía un cuento de hadas. Los que somos padres no tendremos dificultad en evocar la embelesada atención en los ojos de nuestros hijos cuando les leíamos un cuento. ¿A qué se debe ese ferviente deseo de escuchar? Los cuentos de hadas suelen ser crueles y violentos, describen decapitaciones, canibalismo, transformaciones grotescas y encantamientos maléficos. Cualquiera pensaría que esos elementos llenarían de espanto a un crío; pero lo que el niño experimenta a través de esos cuentos es precisamente un encuentro fortuito con sus propios miedos y angustias interiores, en un entorno en el que está perfectamente a salvo y protegido. Tal es la magia de los relatos: pueden transportarnos a las profundidades del infierno, pero en realidad son inofensivos.

Nos hacemos mayores, pero no cambiamos. Nos volvemos más refinados, pero en el fondo seguimos siendo como cuando éramos pequeños, criaturas que esperan ansiosamente que les cuenten otra historia, y la siguiente, y otra más. Durante años, en todos los países del mundo occidental, se han publicado numerosos artículos que lamentan el hecho de que se leen cada vez menos libros, de que hemos entrado en lo que algunos llaman la “era posliteraria”. Puede que sea cierto, pero de todos modos no ha disminuido por eso la universal avidez por el relato. Al fin y al cabo, la novela no es el único venero de historias. El cine, la televisión y hasta los tebeos producen obras de ficción en cantidades industriales, y el público continúa tragándoselas con gran pasión. Ello se debe a la necesidad de historias que tiene el ser humano. Las necesita casi tanto como el comer, y sea cual sea la forma en que se presenten –en la página impresa o en la pantalla de televisión–, resultaría imposible imaginar la vida sin ellas.

De todos modos, en lo que respecta al estado de la novela, al futuro de la novela, me siento bastante optimista. Hablar de cantidad no sirve de nada cuando nos referimos a los libros; porque no hay más que un lector, sólo un lector en todas y cada una de las veces. Lo que explica el particular influjo de la novela, y por qué, en mi opinión, nunca desaparecerá como forma literaria. La novela es una colaboración a partes iguales entre el escritor y el lector, y constituye el único lugar del mundo donde dos extraños pueden encontrarse en condiciones de absoluta intimidad. Me he pasado la vida entablando conversación con gente que nunca he visto, con personas que jamás conoceré, y así espero seguir hasta el día en que exhale mi último aliento.

Nunca he querido trabajar en otra cosa.


Discurso de Paul Auster en la entrega del Premio Príncipe de Asturias. Un delicia, un verdadero regalo del pensamiento. Este tio es muy grande. Seguiré leyéndote, Paul, porque me haces disfrutar como una niña pequeña, porque yo vivo buscando la música del azar y de las casualidades que tu tan bien sabes narrar.
Gracias a Aerostar por descubrírme el discurso. No podía vivir sin incluirlo en mi blog.

YO TENGO UN SUEÑO

Tengo un sueño
Por Martin Luther King, Jr.

Discurso leído en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica Marcha sobre Washington

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.

Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.

1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.

Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"

Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".

Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.

Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antesecores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"



Washington, DC
28 de agosto de 1963

EL PICO DE UN ALPINISTA

Decía Kafka que un libro debe ser como el pico de un alpinista que rompe un mar helado que llevamos dentro. Yo me atrevo a decir más. Cuando uno ve una película, un cuadro, lee un libro o escucha una canción que logra conmoverlo está rompiendo mares helados que todos llevamos dentro. Cuando uno conoce a una persona superinteresante que logra abrirle los ojos y cambiarle su forma de pensar o tal o cual convicción y le remueve por dentro los cimientos, está rompiendo un mar helado. A esto le llamo yo pequeñas crisis vitales. Vibramos, se nos pone todo, de pronto, patas arriba porque algo se ha resquebrajado por dentro y sufrimos una pequeña convulsión y a lo mejor viene acompañada de una pequeña desazón o desesperación porque se han caído algunos muros y la escala de valores interna que todos tenemos se ha convulsionado. Pero tras eso se vuelve a formar una idea clara de lo que pensamos y de nuestra ética. Este proceso es el que hace que evolucionemos, que cambiemos cada día un poquito, que nos reciclemos. A mi me encanta cuando sufro estos procesos porque son momentos de mi vida en los que me siento mas viva que nunca, siento que no sólo existo, sino que vivo y respiro. Gracias a todas esas personas, escritores, músicos, poetas, pintores, cineastas, etc, etc, que nos ponen los pelos de punta cuando nos transmiten sus sentimientos o pensamientos y ,de esta manera, nos hacen crecer como personas. De corazón, gracias.

LOS SUEÑOS

“Los sueños cambiaron el destino de los hombres y de las naciones”

Esta frase encierra la sabiduría de una semilla. Creo en ella con toda mi alma porque ha habido tantos hombres y mujeres grandes que han soñado con un mundo mejor y han conseguido cambiarlo. Lennon con su Imagine ya nos lo dijo. Estuvieron Ghandi con su no violencia, su lucha pacífica, La Madre Teresa de Calculta con su defensa de los desfavorecidos, Martin Luther King con su discurso “Yo tuve un sueño” y tantos otros que se me olvidan, famosos y personas anónimas que ponen su grano de arena para dejar a las generaciones futuras un mundo un poco más habitable y humano. Gentes de todos los países y de todas las religiones y de todas las ideologías, lo más variopintas que nos podamos imaginar pero que tuvieron algo en común: soñaron y lucharon por sus sueños. Porque al soñar liberamos al inconsciente del filtro de censura del pensamiento. Creemos que al soñar perdemos un tercio de nuestra vida y nos equivocamos. Por todos ellos y a todos ellos va este post. Hoy sabemos que lo importante es soñar.

RESILENCIA

Para los que quieran investigar este concepto. Es originariamente de resistencia de materiales pero aquí está aplicado a la psicología.
Una joyita este artículo.Disfrutadlo.
Y gracias S.Sola por descubrírmelo

http://revista.consumer.es/web/es/20070101/interiormente/

La resiliencia
: La escuela de la adversidad
Hay personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones adversas, se desarrollan psicológicamente sanas, e incluso salen reforzadas. Es lo que se conoce como resiliencia

La psicología y la ingeniería de materiales, aunque pueda parecer extraño, tienen algo en común: el término resiliencia. Esta palabra hace referencia al fenómeno por el que los cuerpos retornan a su forma inicial después de haber sido sometidos a una presión que los deforma.

La creatividad , el sentido del humor y la independencia ayudan a superar contratiempos
El concepto se ha aplicado a la psicología para descubrir por qué niños y niñas que viven en la miseria, o personas que experimentan situaciones límites son capaces, no sólo de superar las dificultades, sino incluso de salir fortalecidas de ellas. Logran resistir, sobrevivir y acceder a una vida productiva para sí y para su sociedad.

La resiliencia es una capacidad que se manifiesta:
Frente a la destrucción, mostrando una gran facultad de proteger la propia integridad bajo presión.
Frente a la adversidad, estableciendo una actitud vital positiva pese a circunstancias difíciles.
Rasgos que potencian la resiliencia de las personas
La vida diaria está sujeta a acontecimientos duros: la muerte de un ser querido, una enfermedad complicada, experiencias laborales difíciles, problemas serios de relación de pareja, la soledad, el aislamiento social, la competitividad por ocupar un puesto, el desempleo, los problemas económicos... Ante estas situaciones las personas reaccionan de distinta manera según su grado de vulnerabilidad, o dicho de una manera más actual: según su grado de resiliencia.

Hay rasgos que potencian esa habilidad.

La introspección: Faculta a la persona a entrar dentro de sí misma, a observarse, reflexionar y hacerse preguntas. Ayuda a preguntarse a sí mismo y darse una respuesta honesta.
La independencia: Ayuda a establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos. Potencia el establecimiento de una distancia emocional y física ante determinadas situaciones, sin llegar a aislarse.
La iniciativa: Capacita para afrontar los problemas y ejercer control sobre ellos.
El humor: Conduce a encontrar el lado cómico en las situaciones adversas.
La creatividad: Lleva a crear orden y belleza a partir del caos y el desorden. En la infancia se expresa en la creación y los juegos que son las vías para disfrazar la soledad, el miedo, la rabia y la desesperanza.
La moralidad: Invita a desear una vida personal satisfactoria, amplia y con riqueza interior. Incluye la conciencia moral, el compromiso con valores y la separación entre lo bueno y lo malo.
La habilidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas. Capacita a brindarse a otros y aceptarlos en la propia vida.
Factores que favorecen la resiliencia
Apego parental. Los estudios realizados destacan que una relación cálida, nutritiva y de apoyo, aunque no tiene por qué ser omnipresente, con al menos uno de los padres, protege o mitiga los efectos nocivos de vivir en un medio adverso. Es decir, se precisa una relación emocional estable con al menos uno de los padres, o bien alguna otra persona significativa.
Desarrollo de intereses y vínculos afectivos externos. Las personas significativas fuera de la familia favorecen la manifestación de comportamientos resilientes cuando, por ejemplo, en la propia familia se viven circunstancias adversas. Se trata de que haya algún tipo de apoyo social desde fuera del grupo familiar.
Clima educacional sincero y capaz de establecer límites claros en la conducta.
Modelos sociales que motiven poder enfrentarse de manera constructiva a las adversidades.
Vivir experiencias de autoeficacia, autoconfianza y contar con una autoimagen positiva.
Tener posibilidad de responder de manera activa a situaciones o factores estresantes.
Asignar significados subjetivos y positivos al estrés, describiendo a las crisis como la oportunidad de ofrecer respuesta a las circunstancias adversas.
A cualquier edad se puede cambiar
Las habilidades y los factores que potencia la resiliencia se muestran de una manera desigual en los distintos tipos de personalidades, pero se puede trabajar para lograr potenciar los rasgos que conducen a gozar de esta capacidad de superarse. La mayor dificultad a la que nos enfrentamos cuando se busca esa mejora es la convicción de que no se puede cambiar. Nos escudamos en afirmaciones como "es que yo soy así", "cada cual es como es", "a mis años yo ya no puedo cambiar". Éste es el gran error. Más o menos, a cualquier edad se puede cambiar si uno se lo propone.

Nunca es tarde para hacer el correspondiente cambio de las propias actitudes, entrenándose en técnicas de modificación del pensamiento, aprender a interpretar los acontecimientos de otra manera, recuperando la capacidad de reflexionar sobre sí mismo, trabajándose la valoración de la propia personalidad, adquiriendo habilidades sociales como la asertividad, aprendiendo a hablar positivamente... Para todo ello se puede contar con profesionales de la psicología a los que se debe acudir no sólo cuando se padecen crisis emocionales o psicopatologías, sino cuando alguien quiere entrenarse para vivir adecuadamente cada acontecimiento vital.

La resiliencia, la capacidad para resistir y no venirse abajo, para salir airosamente de los baches, si es posible con más bríos aún, también se aprende.

El aprendizaje es posible
La resiliencia la podemos favorecer en nosotros mismos y, en especial, en la educación de las personas sobre las que tenemos influencia, sobre todo si son niños o niñas.

Es cierto que hay condiciones personales que tienen mucho que ver con los factores hereditarios, pero no cabe ninguna duda de que la personalidad se educa. Los hijos no se improvisan. Es un error decir "este niño ha salido en el genio a su padre" o "esta niña tiene el carácter de su abuela" a quien no conoció. Los niños y niñas que viven en condiciones de marginalidad y gozan de las características que les hacen ricos en resiliencia no la "heredaron" genéticamente. La vida, las circunstancias, el entorno les educaron.

Por eso, es importante afirmar que es posible educarse y educar en la resiliencia. Es posible cambiar actitudes en sí mismo y en otras personas.

LLEGAREMOS

Si dicen perdido, yo digo buscando,
si dicen no llegas, de puntillas alcanzamos,
si dicen caiste yo digo me levanto,
si dicen dormido es mejor soñando.

Un canto a la esperanza,
si señor, y a la resilencia,
a sacar fuerzas en los malos momentos,
a sacar todo lo positivo de las peores situaciones.
A mi esta canción me ha dado tantas fuerzas.
Gracias Macaco,
me has enseñado mucho con esta canción

jueves, 3 de septiembre de 2009

EL ORÁCULO

Esta tarde fui a hablar con el oráculo y me dijo que las de dibujo, que las de dibujo, que mejor las de dibujo. Me invitó a un te y yo hablé y hablé y luego le regalé un libro pero ella me regaló una decisión y me quitó mis miedos. Gracias oráculo por descubrirme quien soy con tus sabias palabras. Ya se porqué a la entrada de tu casa hay un hermoso jardín como el de Voltaire donde reza una inscripción que dice “Conócete a ti mismo”

OJALÁ

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

A Mysterious planet, con todo mi cariño, porque esta noche me ha recordado esta bella canción y la hemos cantado juntas en el bar, no sin la sorpresa de los demás clientes. No se como se me pasó no ponerla antes.
Para ti, Mysterious planet,porque Silvio le tenía envidia a la noche por abrazarte.

SOLO UN SUEÑO

A veces quiero estar así,
a veces sólo quiero huir,
a veces pienso que tan soló ha sido un sueño,
y que aún estas aquí,
aún estas aquí.

Si no puedo cambiar
tu forma de pensar,
si aún piensas igual
entonces nadie lo conseguirá,
lo conseguirá.

Y si aún no confías en mí,
y si aún no confías en mí
no podrás
confiar en nadie más.

Y cómo puedes explicar
algo que no has hecho jamás.
A veces pienso que tan sólo ha sido un sueño,
y que todo sigue igual,
todo sigue igual.

Si no puedo cambiar
tu forma de pensar,
si aún piensas igual
entonces nadie lo conseguirá,
lo conseguirá.

A veces pienso que es tan sólo un sueño,
a veces pienso que es tan sólo un sueño.

Esta canción es una de mis favoritas de los planetas, entre tantas otras que me gustan. Con la guitarra conseguía tocarla. Hace ya tantos meses, ya se me habrá olvidado. Una verdadera pena

03092009

Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.
Oscar Wilde

martes, 1 de septiembre de 2009

01092009

Nuestras dudas son traidoras y a menudo nos hacen perder las cosas buenas que pudiéramos conseguir.
Willian Shakespeare

Con el debido respeto a W.S.:
Yo y la duda somos compañeras desde la infancia. La odio y la amo. Creo que la duda es la madre de la sabiduría.Desconfia mucho del que no duda. Es cierto que podemos dejar de hacer cosas pero es la naturaleza del gin y el gan de la duda. También gracias a la duda descubrimos cosas en nosotros.

COPENHAGUE



Para ti, ya sabes porqué.

HE MUERTO Y HE RESUCITADO

“He muerto y he resucitado”, eso dicen Los Secretos en una canción. Yo he muerto y he resucitado muchas veces en mi vida. La última fue hace poco cuando estuve a punto de perder a mis padres. Son momentos de la vida en que se te aparece todo de una manera lúcida. Descubres el porqué de la vida y valoras las cosas importantes. Te dejas de tonterías. Te levantas y sabes el porqué estás ahí. Ves toda tu vida pasar por delante de ti y sabes donde están los errores y si tienen arreglo. Pero la vida siempre es un milagro y no hay nada como darse cuenta a tiempo de las cosas y siempre es a tiempo, quiero pensar. Todavía los necesito mucho. Voy a cuidar de ellos lo mejor que sepa. Son tantas cosas que no se pueden explicar con palabras y que están dentro y no es necesario sacarlas. Otra vez a dar gracias todos los días por lo que tengo. Me repito, me repito. Lo importante hay que repetirlo para que no se olvide. Al fin y al cabo son cuatro cosas. Amar, valorar, no perder la inocencia. No dejar de sorprendernos de las cosas. Ser como un niño siempre. Vivir los cinco minutos que tenemos como si fuesen los últimos. Porque realmente no sabemos si lo serán. Disfrutar de todo lo que nos ofrece la vida. No pensar nunca en lo que no tenemos y amargarnos. Conformarse con lo que hay y no perder de vista nuestras metas. Luchar mucho cada día y levantarte pensando en lo que te deparará hoy el destino porque la vida está llena de posibilidades. Nunca caer en la monotonía. Hacer todo el bien que puedas sin mirar a quien. Cuatro cosas. Para ser feliz cuatro cosas mal contadas.

REY SOMBRA

He tomado esta medicina
la mitad de mi vida quizá.
Y hace casi quince días
que no puedo dejar de temblar.

¿Qué puedes ofrecer que aún no haya probado?.
Si hay algo que quede por hacer.
Y mientras fuera en la calle llueve sol como miel,
no podrás obligarme a salir
otra vez.

Para poder tocar tu mente con mis dedos.
Para poder limpiar mis dientes con tus huesos.
Y sentirte por dentro,
sentirte por dentro de mí.

¿Qué puedes ofrecer que aún no haya probado?.
Si hay algo que quede por hacer.
Y mientras fuera en la calle llueve sol como miel,
no podrás obligarme a salir
otra vez.