sábado, 11 de septiembre de 2010

MALAS TEMPORADAS

No sé qué sería de mí en este pueblo de mala muerte sin el principito. Sin los cigarros con el principito. Sin las confidencias con el principito. Sin que me haga reír cuando no tengo ganas ni de mirarme al espejo. Me he hecho totalmente dependiente de él. De las dependencias emocionales no es la primera vez que hablo. De eso yo sé mucho. Y ya me gustaría a mí saber menos. Me digo a mí misma cuando me levanto que sólo es una mala racha, que pronto pasará, que aún me quedan cosas por las que luchar, que no está todo perdido, que aún quedan cosas que me hacen sonreír. Intento hacer todos los días cosas que me hagan feliz, aunque sean cosas pequeñas. La música me ayuda mucho. A lo mejor tiene razón Lao Tsé y lo que la oruga llama el fin del mundo el resto del mundo lo llama mariposa.

2 comentarios:

candela dijo...

Curiosa y certera manera de verlo. Y aunque no sea lo mejor para decir, todo, todo pasa.

Ánimo.

Besos

La Maga dijo...

Candela, gracias.