No puedes ni imaginar,
cuantas maneras tengo de escapar.
He desarrollado con los años
una auténtica biografía de escapista profesional.
Huyo de ti
si te acercas demasiado.
Huyo a otras dimensiones
por agujeros de gusano.
Sin que te des cuenta
hago chas y
desaparezco de tu lado.
En mi cama hay una trampilla
que me transporta al País de las Maravillas.
Huyo de la televisión
y de sus malos presagios.
Eludo tu mirada
y en las fiestas
me meto debajo de la mesa.
Huyo de los hombres.
Cómo huyo de ellos.
Huyo de los besos furtivos
y me meto en los baños
de cualquier antro
a olvidar que existo.
Huyo de la lágrima fácil
y de la cárcel de la sangre.
Huyo de tu desdén
con mis auriculares.
A veces,
no sé por qué,
huyo de la vida.
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