Podría
construir contigo castillos
y mudarnos allí a vivir.
Viviríamos en el aire.
Nos llamarían Adán y Eva.
Podríamos empezar por construir
un puente con palabras
que nos transportase al paraíso.
Nos alimentaríamos del aire.
Pero antes de mudarnos,
antes de levantar castillos,
antes de empezar a ser Eva
y alimentarme del aire
hemos de comernos
por lo menos
cien sacos de sal.
Antes de alimentarnos del aire
hay que alimentarse de sal,
creer en la arruga
y en los puentes,
por supuesto...
antes de ser Adán.
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