Un ángel se ha cruzado en mi camino. Sí, un ángel, de esos
que, a veces, visitan la Tierra. Mientras le acariciaba el pelo al ángel
pensaba: “No puedo hacerle daño a un ángel”. Hay leyes de la vida que no me
gustan y no puedo escapar de esas leyes no impresas, eso el ángel no lo sabe,
claro, en el cielo debe haber otras leyes distintas a las de la Tierra. Si me
vuelvo a encontrar al ángel le diré que no soy la mejor, que tengo el cuerpo
lleno de cicatrices y eso, claro, no es muy sexy, incluso para un ángel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario