Invoquemos la magia,
la dulzura redonda de la luna,
el sonido de las olas del mar y las mareas,
la asimetría en el vestir,
la música de otras vidas,
la luz azul flotando entre tu y yo.
Toda la magia que nos rodea.
Seamos magas que invocan la magia
y creen el karma,
en las partes oscuras de todo,
en el yin y el yang.
Creamos en los sueños y la magia,
en la belleza de los paisajes solitarios y desolados que nos
acompañan.
En la unión entre almas hechas del mismo material.
En las palabras que escribo ahora
y que me dicta la magia desde otra dimensión.
Que no las escribo yo,
que vienen a mí solas,
fruto de las musas.
Creamos en los trece segundos
que dura un instante de felicidad.
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