martes, 4 de agosto de 2015

MI CUEVA



Incienso Champa de la caja azul. Memorias de una Gheisa. Brazos tendidos y piernas estiradas boca abajo. Entro en mi cueva. Es un lugar frío cubierto de blanca escarcha. Hay estalactitas de gélido hielo colgando del techo. El  vaho sale de mi boca con cada expiración. Busco mi animal. Hay un gato siamés blanco echado y me mira fijamente. Escucho un ruido. Miro y te encuentro. ¿Cómo has llegado hasta aquí? Estúpido farsante. Te grito que quiero que te vayas. Tu sonrisa se congela ante mi pasmoso rostro. Aquí no hay sitio para los tres. El gato siamés blanco se levanta dispuesto a irse. ¡No!, grito. El gato desaparece y nos quedamos solos. ¿Por qué has venido?, digo desolada mientras de mi boca sale vaho. Él sigue sonriendo callado. No tenías derecho. Has profanado un lugar sagrado. Inspiro fuertemente y abro los ojos. La cueva ha desaparecido y en mi retina se ha quedado grabada la imagen, en pause, de su sonrisa congelada.

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