martes, 12 de abril de 2016

DÓNDE ESTÁ ESE ÁNGEL




¿Quién cuidará de que los borrachos no se tropiecen y den con sus huesos en el duro asfalto?
¿Quién protegerá a los niños que se crían solos en la calle?
¿Quién les mostrará el camino correcto?
¿Quién custodiará a esos adolescentes difíciles, perdidos en las calles solitarias y frías de una ciudad hostil y peligrosa?
¿Quién le parará los pies al que falta, oprime, avasalla y golpea?
¿Quién pondrá tesoros en el contenedor para los que rebuscan en la basura?
¿Quién le dirá a ese niño que no se ponga el primer cigarro en la boca?
¿Quién agarrará la mano de ese padre cuando va a golpear a su hijo?
¿Quién sujetará el bíceps de ese hombre que arremete contra su mujer?

¿Cuántas manos podrían detener la barbarie?
¿Cuántas bocas podrían gritar al unísono basta?

Escucho historias que me enmudecen el alma y me encojen el corazón y me pregunto en qué parte del cuerpo me coloco la tirita cuando lo que está herido es el alma.

Os juro que daría un riñón porque hubiera un ángel de la guarda para cada una de esas personas frágiles y vulnerables (niños pobres, adolescentes en exclusión social, mujeres víctimas de la violencia de género) que les ha tocado vivir en el lado oscuro de la vida. 

Desgraciadamente este sistema no los protege. Son carne de cañón. El único delito que han cometido es ser pobres. Porque con dinero otro gallo cantaría. 

Un riñón y parte del bazo porque ese ángel los protegiera.

RICOS



Tenemos el milagro de darle al grifo y llenar un vaso de agua hasta los bordes. La luz eléctrica ilumina nuestras noches oscuras. Tenemos un wáter. Las obras completas de Tolstoi. El crimen y el castigo. Órdagos que echamos y perdimos. Caras de póker. “Te amo, mi vida” La lengua de las mariposas. Lecciones que nunca olvidaremos.

Tenemos libros, bibliotecas, librerías. Pubs de mala muerte y larga vida al rock and roll. Tenemos estrellas en el cielo y en la Tierra. Una banda de músicos en tu garaje. Tenemos la incertidumbre y corazonadas. “Tú primero”. Héroes y la Bowie. Cíclopes y medusas.

Tenemos amigos, pupilas en las que reflejarnos. Tenemos 1Q84 y a Kafka en la orilla. Tokio y Nueva York. Cenicienta y la bruja Avería. Tenemos a Tyler Durden, a Marla Singer, a Sara Connor. Cómo olvidarlos a ellos. Tenemos la calle. “Deja que te diga una cosa”

Tenemos paella y migas. “Tú no lo entiendes”. Tenemos milagros y falsos predicadores. Estúpidos y zombies. De esos  tenemos muchos. “Por ahí no paso”. Tenemos iluminados, anarquistas, antisistema, bohemios y sumisos. “Ni tú ni nadie” “Ni Dios ni amo” “No eres tú, soy yo”

Tenemos el cielo y el infierno de Dante. “Ahora no, cariño” Tenemos a la Maga, a Oliveira, a Amelie, a Chaplin y a Einstein. “Mírame a la cara” “No des ni un paso más”. Tenemos refranes, citas célebres, puntos suspensivos, largos etcéteras. 

Y por si fuera poco, me tienes a mí.

GENERACIÓN CERO PUNTO CERO



Somos jóvenes y creo que es la única fortuna con la que contamos. Sobradamente preparados, con carreras, con idiomas, con masters  y con cero oportunidades en un país demolido. Tengo amigos de veinti pocos a cuarenta  que aún viven con sus padres, que ya no se atreven a soñar con independizarse y tener un modesto pisito, un coche que no se caliente o un norte al que dirigir sus pasos. Nos han robado ese sueño. Es apuntar demasiado alto. Un sueño digno de nuestros padres  quizás, de otras épocas más esplendorosas, de los jóvenes de otros países. Nosotros soñamos con SOBREVIVIR. Con tener un minijob que te dé para unas cañas con los amigos y algo de calderilla en el bolsillo. “Lo comido por lo servido”. “Pan pa hoy y hambre pa mañana”. 

Somos la generación X, la generación perdida. La generación cero punto cero. Buscamos trabajos por internet y redes sociales, algo que nos hace diferentes al resto de generaciones. Tenemos instagram, facebook, twiter pero no tenemos un trabajo digno. Nuestros sueños zozobraron y hablar de futuro es hablar de algo que tira al azul oscuro casi negro. Los valientes se han exiliado, el resto seguimos luchando aquí, en un país arrasado.

Nos vendieron la moto. “Si eres bueno, si estudias, tendrás un futuro prometedor” MENTIRA. Nos vendieron sueños a precio de saldo y nos lo creímos. Al final va a ser cierto lo que dice Mark Renton en su demoledor monólogo al principio de Trainspoting. 

Somos refugiados del expolio  que se ha hecho en esta España, mi querida España, como decía Cecilia, “pueblo de palabra y de piel amarga, dulce tu promesa”. Refugiados en casa de nuestros padres  que nos dan  un plato de comida y una cama y a ver quién aspira a más, tal como está el patio. Eso es, sin duda, lo peor, haber renunciado a nuestros sueños, vivir en la desesperanza, caminar sin meta ni destino, con la desazón de que el suelo que pisamos está sembrado de minas antipersona. 

Y yo me pregunto: ¿Con que cara le vendemos a nuestros hijos, nietos, sobrinos, a las nuevas generaciones, el sueño que nos vendieron a nosotros? ¿Con que cara le decimos: “estudia y lábrate un porvenir. Sé bueno. Haz todo cuanto te digan tus mayores” Con que cara aleccionamos y con que ejemplo predicamos.

NAVES ARDIENDO MÁS ALLÁ DE ORIÓN



He visto cosas que no podríais imaginar.
He visto naves ardiendo más allá de Orión.
He visto dos lunas en el cielo,
me he sentido de Marte un millón de veces,
he estado a años luz de hombres que distaban de mí un palmo,
he navegado sin brújula, sin rumbo y sin mapa,
y aún así, mis pasos me han dirigido al norte.
He caminado sobre lagos helados
y me he visto reflejada cien veces en las mismas pupilas.

He visto cosas que no imaginaríais.
Luchas eternas alrededor de lo vacuo,
hombres poderosos suplicando de rodillas,
mendigos siendo reyes por un día,
esclavos vendidos por un puñado de monedas.
He regresado a Ítaca cada atardecer
y Telémaco ya era todo un hombre.
He luchado por lo que más quería,
he muerto y he resucitado con cada luna nueva.
El mundo me ha dado la espalda como a una leprosa
y, sin embargo, la primavera siempre ha llegado.

He visto naves ardiendo más allá de Orión.
Si os contara lo que he visto, de veras que no me creeríais.