jueves, 9 de junio de 2016

NOWHERE MAN

Todos los días me encuentro a un hombre. Está sentado delante de una Administración de la ONCE vendiendo cupones. Tiene la mirada fija en un punto del infinito. Realmente no sé que mirarán sus ojos tras las gafas de culo vaso. Quizás le pase como a todos nosotros: que no ve lo que tiene enfrente. Es imposible que lo vea porque tiene el mismo trozo de calle delante de sus ojos todos los días. Ve lo mismo pero no observa nada. No se inmuta cuando alguien pasa a dos palmos de él.
Me pregunto si ve bultos detrás de sus gafas de culo vaso o si realmente es ciego por completo. Me pregunto cómo será su vida. Una vida con los días atados unos a otros como los nudos de una larga cuerda. Una vida sin alarmas ni sorpresas como diría Radiohead. Horas, días, años, sentado en una silla viendo la vida pasar sin inmutarse. Él no vive en la calle Noria, su existencia no es un parque de atracciones. Su vida es de encefalograma plano, una línea continua sin picos ni altibajos, un límite que siempre tiende a uno.
Creo que a él se referían los Beatles cuando compusieron “Nowhere man”. Mañana, cuando vuelva a pasar por su lado le diré: - Chico, no te das cuenta que la vida está a tus órdenes.

No hay comentarios: