sábado, 3 de noviembre de 2012

LA ANTESALA REFLEXIÓN



Esa cita que llevamos meses esperando; que dirá, que diré, como sonreirá, le diré que soñé con él desde siempre, parecerá imposible tenerlo delante, con las veces que soñé lo que le diría, no tendré valor ni para sacar la voz entre tanta emoción. Todo será tan distinto, pero de cualquier forma maravilloso. Si quedo con alguien dentro de una hora, lo que ocurra ocurrirá sin el tiempo necesario para que aparezca el deseo de que ocurra. Si no existe silencio no tienen valor las palabras, de igual manera hay que tomarse el tiempo necesario para que aparezca el deseo. El deseo de que algo ocurra, la ensoñación con un suceso (sus detalles, las palabras que alguien dirá, la posición de sus manos) contribuye ciertamente a considerar un privilegio el hecho mismo, extraordinario, de que llegue a suceder. Aunque ineludiblemente se desarrolle de forma distinta a como teníamos idealizado y visualizado millones de veces,  seguirá siendo un misterio que algo dentro de uno salga fuera y se encarne en la realidad.  Y esa espera, ese deseo irá alimentando nuestras expectativas y nuestras ilusiones para luego poder apreciar esos mágicos instantes del que nos hace gala la vida. Esperar… esperar debería ser obligatorio antes de realizar cualquier acto, porque esperar es reflexionar sobre lo que queremos o esperamos de la vida. Esperar es la pausa necesaria en los tiempos que corren. La paciencia constituye una virtud casi en extinción.  La espera constituye algo así como una especie de preparación espiritual, como se hace  en los ritos católicos cuando te vas a casar o vas a hacer la comunión.  Hay ciertos organismos estatales que obligan a la espera, yo creo que para incentivar el deseo y agradecer luego la suerte que hemos tenido de que se haga realidad.  Hay una sala de espera en todos los departamentos estatales de cualquier país. Millones de sala de espera en millones de hospitales de todo el mundo. La espera como obligación se ha adueñado del mundo, pero no imaginamos  lo ventajoso que sería para nuestras vidas aprender a esperar correctamente los acontecimientos más importantes de nuestras existencias.

No hay comentarios: