domingo, 23 de diciembre de 2012

EL MECHERO


Estábamos hablando. Me estaba diciendo algo de un mechero y entonces Él se acercó a la barra  con una chica. Me fijé en sus manos cuando cogía el vaso, tenía los dedos fibrosos, delgados y muy largos. Me pregunté cómo serían para las caricias. Yo ya había perdido el hilo de la conversación y asentía. Mi interlocutor se dio cuenta  y me dijo: No me estás escuchando. Te aburro? No, no, en absoluto. He tenido un lapsus y me he ido de este mundo por un momento pero te escuchaba. Perdona. Entre los neones y flashes de la discoteca no podía verlo claramente e intuía sus rasgos aún más atractivos. Tan inalcanzable como una estrella en el cielo. Con esa chica tan guapa y delgada. Tan radiantes los dos. Volvimos al mechero y puse de nuevo los pies en la tierra.

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