Está en el agua que bebes, nena,
no te hace bien el agua que bebes,
es como una droga para ti.
Está en tu árbol genealógico, nena,
en tus raíces, en tus venas y en tu oscuro pasado,
cuando aún no me conocías.
Está en la cama, nena,
entre tú y yo,
separándonos.
En tu manera de moverte en la cama,
en tu plácida manera de dormir.
Está en tu mirada, nena,
en tu jodida manera de juzgar todo lo que hago,
en tus ojos azules.
Está en tu retorcida risa,
en tu manera de reírte de mí,
cuando me ves cayendo a tus pies,
cayendo a tu pozo,
donde sólo tú tienes la llave para sacarme.
Me ahogo, nena,
pero tú eres la única culpable,
tú y el agua que bebes que no te hace bien,
tú y tu maldita plácida manera de dormir,
mientras yo tengo insomnio.
Tu y tu sangre,
tus antepasados,
tu manera de jugar conmigo me está matando.
Está en ti, nena,
en el rojo de tu sangre
y en el azul de la mirada que viene después.