domingo, 6 de septiembre de 2015

NO COMEDOGÉNICO



Ahora cuando llueve pienso que los motoristas se mojan. Ahora sé que la keratina que me echo en el pelo no la necesitaría si dejase de usar la plancha. Ahora sé que eres alérgico a mi fluido hidratante no comedogénico. Y que, además, te da igual. Ahora sé lo que es la magia de Almería y me acuerdo de ti siempre que me entran ganas de gritar delante de un precipicio. Sé que ella no usa keratina para el pelo, ni plancha, ni fluido hidratante no comedogénico. Todo será más fácil con ella. Lo intuyo. Desde que uso keratina soy una chica más difícil, más escurridiza, más volátil y se me endurece el pelo a la misma velocidad que el corazón.

Ahora sé que ni Dios ni amo pero seguiré usando el fluido hidratante no comedogénico porque cada vez que extiendo la crema con la yema de mis dedos me da la sensación de que extiendo sobre mi rostro poesía líquida que penetra por mis poros y se introduce en mi cuerpo llegando a  arterias y venas hasta alcanzar el corazón, que bombea hasta los dedos de mis manos y que, éstas , a su vez, sujetan un pilot negro  que descarga sobre el papel blanco el fluido no comedogénico con el que me disparo al corazón en noches en que la lluvia pilla desprevenidos a los motoristas.   

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