Tras las olas y la marea
de la noche anterior
¿Qué queda?
Tras el naufragio
y las sábanas revueltas.
Muy detrás de las palabras susurradas
y los arañazos.
¿Qué te queda?
Detrás de las tres mil cervezas.
Detrás del rímel ya inservible
y el carmín en las solapas.
Muy por detrás de las palabras plastificadas
y las nubes que amenazan tormenta.
¿Qué nos queda?
La costumbre
de esquivar su mirada.
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