domingo, 18 de enero de 2009

INDECISIÓN

Creo que entiendo a Baudelaire cuando decía“¿Dónde quieres ir alma mía?” Mientras la indecisión sea entre sopa de pescado o cuscus con verduras la cosa no pasa a peores pero hay veces que entro en trance de indecisión y no se lo que quiero, no se que es lo que mas me apetece. Me quedo paralizada. No se si será porque soy Libra y la balanza a veces no se inclina, se queda en equilibrio. Una vez leí que los libras son como el burro de Buridán que se morirían de hambre ante dos parvas de heno iguales. A veces arremete con toda su fuerza y quiero varias cosas a la vez. NO QUIERO ELEGIR. ¿Por qué tengo que elegir?. Pero lo peor no es elegir lo peor es arrepentirse de lo elegido. Eso es la peor tortura. Cuando eliges corres un riesgo. Puedes acertar o no. A veces aciertas y otras las cosas no salen bien y siempre piensas que si te hubieras quedado con la otra opción habrías corrido mejor suerte. Con el tiempo he aprendido un sencillo método, quedarte un tiempo parada en silencio y escuchar tu voz interior, esa vocecilla que no escuchamos tanto como debiéramos. Hacer siempre lo que a uno le apetece no es tan sencillo como parece. Porque la gran pregunta es ¿Qué es lo que a uno le apetece? El bullicio de un concierto o quedarte en casa con una película en pijama. Comer sola con las noticias o irte de cañas con ciento y la madre. Este tema de la indecisión lleva conmigo desde que me conozco. Es tan viejo como yo pero no por ello no deja de obsesionarme.

No hay comentarios: