lunes, 21 de noviembre de 2011

VÁLVULAS


De camino a la estación veía el paisaje como una pegatina en el cielo. Yo estaba allí moviéndome y él  tan quieto. En el tren el revisor me pilló llorando y los dos disimulamos. Cuando llegué el cielo estaba encapotado como mi alma. Me hubiera gustado que se hubiera desatado una tormenta y que me hubiera calado hasta los huesos para limpiarme y sentirme viva y sentir lo que dijo Dylan. Pensé que puestos a escapar mejor usar de válvula de escape el tabaco. Había válvulas peores. Cuando me duché puse el agua caliente como siempre y poco a poco me iba apeteciendo más fría hasta ponerla fría del todo y pasármela por todo el cuerpo. Me desentumeció y me hizo sentir que aún tenía sangre en las venas.

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