martes, 15 de agosto de 2017

EL DESEO S.A.

EL DESEO

En la filosofía budista hay que eliminar el deseo de nuestras vidas para ser felices. Tiene toda la lógica del mundo. Si no deseas, no te frustras. Si no deseas, no sufres por algo que no tienes o que nunca vas a conseguir. Este post tiene el nombre de la productora de Almodóvar. Y una de sus películas más famosas lleva este nombre: “La ley del deseo”. Creo que pocos artistas le han sacado tanto partido al deseo.

No hay nada más humano que desear. Cuando uno ve algo bello quiere  poseerlo. Ya sea un coche, unas botas de piel de cocodrilo, un móvil nuevo o una persona a la que amamos en silencio. El budismo es contrario a la concepción capitalista de poseer. El budismo y la meditación proclaman el desapego frente al deseo. Hay que hacer un esfuerzo. Claro que hay que hacer un esfuerzo. En la naturaleza del hombre está el deseo y la posesión. Hay que hacer un esfuerzo para contemplar la belleza y dejarla ir de nuestras vidas. Una puesta de sol dura unos minutos. Viene y se va. Contemplar un cuadro, una puesta de sol o un rostro nos deja un sabor dulce en el paladar, una huella indeleble en el alma.

La vida es un viaje. Para el budismo has de ser como un viajero que contempla y aprecia cada momento pero que no se queda para siempre instalado en un hotel, un viajero desapegado que ama y disfruta cada efímero instante. Porque nada se repite, porque no podemos quedarnos anclados en el pasado ni en una persona. Porque todo cambia aunque no te muevas de tu cama. El cambio forma parte de la naturaleza y el ser humano forma parte de la naturaleza. Acepta el cambio. Ama la belleza y no intentes poseerla. Libérate de las cadenas del deseo.


Y de esto, de todas estas elucubraciones va “Atrapados en azul”

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