Dicen que algunas personas se fijan mucho en las manos…yo
soy una de ellas…
TUS MANOS
Tus dedos que señalan el infinito
o señalan con desgana algún lugar desconocido;
tus dedos largos,
delgados, fibrosos,
que tocan y cogen,
que acarician y empujan,
que elevan y abrigan;
tus dedos son un conjuro contra los malos presagios.
Tus dedos,
que podrían convertirse en puño cerrado
y golpear sin conmiseración,
prefieren moler el trigo
y rasgar la tierra.
Tus dedos enmudecen y
son cómplices del
silencio.
Cuando nos callamos
tus lúnulas hablan
y tu metacarpo juega al escondite.
Tus falanges se pliegan y despliegan
como un paraguas
o como un mosquito robotizado.
Tus dedos se extinguen
en la nostalgia de tu escafoides.
En el dorso de la palma de tu mano
está tallado un beso húmedo
que sabe a nitroglicerina y vinagre
y que duele mucho.
En la palma de tu mano
guardas un secreto
que aún no has enseñado a nadie.
Y cuando tus manos están sucias
de escombros, de desidia,
de rabia y desconsuelo…
aún cuando tus manos están sucias
me parecen la maquinaria más perfecta
sobre la faz de la Tierra.
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