“Si el universo es infinito
cualquier lugar puede ser el centro del universo.”
Gary
EL CENTRO DEL UNIVERSO
Cuando todos los semáforos están en verde
y puedes escuchar tu voz interior intacta y sin contaminar
y el alma toca las estrellas con la punta de los dedos
y te sientes cerca de lo esencial e indispensable.
Cuando acaricias algo sin forma ni color,
que está suave
y podría hacerse añicos en cualquier momento.
Cuando aspiras esa bocanada de aire fresco en un día muy
caluroso
y el tiempo se detiene
y un arroyo te susurra al oído una vieja melodía de jazz.
Cuando cada hoja está en su sitio.
Cuando las palabras fluyen como ese arroyo
y el cielo se calla y escucha.
En tu posición fetal recuerdas tu pasado como pez,
te elevas, casi flotas,
y supura belleza entre las piedras y las raíces.
Cuando los motores están lejos
y los espejos se miran frente a frente
y se refleja en ellos
la fuerza y la proeza de estar vivos.
Cuando ves y hueles lo verdadero
y sabes que dura un instante,
que se evapora
y aun así es magia.
Tú eres magia.
Si Dios existe,
está jugando al escondite
en un lugar majestuoso
donde las estrellas brillan más
y el silencio que te envuelve
te permite escuchar tu respiración.
Puedes escuchar esa voz interior que casi siempre está
callada
y el rumor del agua de un arroyo
que nace en el mismo centro del mundo
y desemboca en el mismo centro del universo.
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