Hay gente de todos los colores y
todas las ideologías. No hay dos personas iguales igual que no hay dos puestas
de sol iguales. Pero aún nos queda mucho por hacer en Españistán para eliminar
la homofobia, la xenofobia y el machismo.
HOMOFOBIA: Fobia a los homosexuales.
Y no sólo a los que son del mismo sexo y se aman, sino también a los bisexuales,
travestis y transexuales. ¿Cuándo vamos a aprender que en este mundo cabemos
todos, que hay espacio para todos? ¿Por qué siguen agrediendo a los
homosexuales? ¿Por qué sigue habiendo odio al amor? ¿Por qué no podemos ser
libres para amar a quien nos plazca? Qué delito hay en amar, me pregunto. Si tú
no eres igual, si tú no lo harías, si tú eres heterosexual, respeta a las
personas que no son como tú. Hay tantos artistas homosexuales que nos han dejado un legado tan rico. Empezando por
Lorca que lo mataron por rojo y maricón, Oscar Wilde y una larga lista que no
acabaría.
XENOFOBIA: Miedo a lo diferente.
Sí. A gente con otro color de piel, a moros, negros, chinos, gitanos,
sudamericanos, etc. A gente con otra
cultura, que cocina otras comidas, que viene de otros países. De China, de
Marruecos, de Afganistán, de Siria, del Congo, de Ecuador. ¿Acaso somos
nosotros mejores que ellos? ¿Acaso nuestra cultura es mejor? ¿Eso quién lo
dice? Gente buena y mala hay en todas
partes. Ellos sienten igual que tú. Sonríen igual que tú. Sufren y lloran igual
que tú. Protegen a sus hijos igual que
tú. ¿En serio somos tan diferentes?
MACHISMO: Creencia que consiste
en que los hombres son superiores a las mujeres. ¿Hombres mejores que mujeres?
Mujeres que cobran menos que los hombres haciendo el mismo trabajo. Mujeres que
son sometidas a la ablación. Mujeres a las que sus parejas o exparejas las
matan. Mujeres que van con miedo por la calle. ¿Acaso son los hombres más
inteligentes que las mujeres? Las estadísticas dicen lo contrario, que hay más
mujeres universitarias que hombres. Y, sin embargo, los puestos de
responsabilidad, los puestos de mando, son para los hombres. Mujeres que tienen
que conciliar la vida laboral con la familiar. Que tienen miedo a quedarse
embarazadas por si las echan de sus trabajos. Que abandonan su trabajo para
dedicarse a cuidar a sus hijos.
Pero, ¿en qué mundo vivimos?
¿Cómo permitimos todo esto?
Y, ojo, esto es Españistán, ni
asomes la nariz por Sudamérica, por la India, Irak, Afganistán, Irán, Siria,
Nigeria etcétera etcétera. Allí los derechos humanos se pisotean continuamente.
Allí la homofobia, xenofobia y el machismo campan a sus anchas. Aquí podemos
darnos con un canto en los dientes.
¿Y cuál es la raíz, la base del
problema?
La base del problema está en que
el ser humano tiende a pensar que los demás tienen que ser como él. Que todos
tienen que pensar como yo. Que yo estoy en lo cierto y los demás equivocados.
De ahí los eternos debates de religión, política y futbol en los que la gente
defiende sus posturas acérrimamente y no entienden ni respetan la opinión del
otro. La variedad es preciosa. Qué
bonito que todos seamos distintos. Qué bello que tengamos tantas culturas
diferentes, tanta riqueza culinaria, tantas muestras de arte de países diferentes,
tanta música de tantos lugares. Contamíname con tu diversidad, decían Ana Belén
y Víctor Manuel. Si algo me gusta de Almería es contaminarme y encontrarme por
la calle con hippies, punkis, pijos, ateos, monjas, negros, búlgaros, cubanos,
viejos, niños, adolescentes de pelo azul. ¡Cuánta variedad de seres humanos!
Cuando entendamos que la
diversidad nos hace ricos y nadie es mejor que nadie, que gente buena y mala
hay en todos sitios y en todas las culturas, el mundo estará a salvo.
Cuando entendamos que el cambio
empieza en uno mismo, en cambiarnos a nosotros mismos, en evolucionar, en ser
mejores cada día y aprender de nuestros errores, en dejar de echarle la culpa
al otro, en tener autocrítica, en dejar de ser homófobos, xenófobos o
machistas, el mundo habrá dado un paso gigantesco.
Y es la obligación de todo ser
humano luchar por ese mundo y denunciar las injusticias y alzar tu voz por los
que no la tienen. Si queremos un mundo mejor, claro.
Dos citas para terminar:
“No estoy de acuerdo con tus
ideas pero daría la vida por ayudarte a defenderlas” Voltaire
“La empatía es la única ideología
que puede cambiar el mundo”