Por estar en el lugar adecuado y
en el momento justo escuché una frase que me parece digna de una poesía.
Explosión por simpatía. Que yo no sé si es que los cohetes se contagian unos a
otros como una pandemia, o que la pólvora es simpática con los de su misma
condición. Que para pólvora, Fiñana en San Sebas. Para simpatía la de los
fiñaneros en San Sebas. Y para explosión, el encierro. No nos falta ni la Kale
Borroka tirando cohetes al suelo ni la Zorra enharinándonos a todos. Todo a
bajo cero. Al día siguiente parece que hubiera habido una guerra en la que todo
el mundo era feliz. Benditas guerras si fueran como ésta, que asuela Fiñana los veinte de enero. Bendito vino,
benditas rosas, benditos gorros, benditos borrachos. Bendita pandemia de
alegría. Benditos niños, que coleccionan cañas como tesoros y limpian el pueblo
en un acto de reciclaje espontáneo, que
deberían subvencionar. Bendito San Sebas y San Antón.
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