“Pronto llegará la nieve, se siente en el aire”
Me he sentado a esperar caer la nieve
en los albores de un cálido otoño.
Se deshielan los glaciares,
tus miradas,
las palabras que suenan falsas.
Se deshiela Groenlandia,
y mis eternas decepciones
al ritmo frenético de un capitalismo voraz.
Se deshielan las dudas,
al ritmo de tu respiración.
El deshielo tocará las fibras sensibles
y las convertirá en agua.
El deshielo dedicará sus esfuerzos
a algo que no seas tú.
Esta noche voy a soñar con la Antártida,
con Laponia,
con algún lugar blanco donde no crezca nada.
Estoy harta del calor sofocante
de tu aliento en mi nuca.
Voy a construir escarcha alrededor de mi corazón.
Quiero que el vaho hiele mis palabras,
andar descalza sobre el hielo abrasador,
congelar los sentimientos,
congelar para siempre las miradas.
Me gustaría no volver a sentir escalofríos,
ni bucear en la nostalgia.
Me gustaría atentar contra el Banco Mundial
y echarle la culpa de todo.
Me gustaría,
por una vez en la vida,
me gustaría
congelar el júbilo,
no volver a amar
y que el hielo de tu mirada me resbalase.
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