Un círculo muy grande. Yo dentro.
Tú fuera. Nos separa una línea invisible construida por un dios cruel y
vengativo. Hay sitio de sobra dentro pero tú no cabes ni tu palacio de cristal.
Se dilatan los silencios entre nosotros. Los silencios que me oprimen el pecho.
Palabras las justas, ni siquiera las necesarias, las mínimas, las
insuficientes. Las que dejan paso a los malentendidos. El amor incomprensible
entre personas de mundos que no se tocan, que no se rozan, que no se asemejan.
Tu mundo, incomprensible para mí. Mi mundo, incomprensible para ti. Tu silencio
se me atraganta cuando visito tu palacio de cristal. No me interesan los
escenarios sólo las personas que los pueblan. Quédate con tu palacio de cristal
frío y desolado, yo prefiero mi choza llena de libros, cálida, con mi fuego y
el cariño de mis amigos, llena de mis sueños. Algo te impide entrar a mi
círculo, un hechizo de un dios despiadado. Tú tienes un palacio de cristal y yo una choza. A
ninguno nos gusta visitarnos. A veces atisbamos un ápice de comprensión, de complicidad. Es un espejismo, sólo un espejismo muy real.
1 comentario:
Me has dejado sin palabras. Demasiado cercano, demasiado verdad.
Saludos
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