jueves, 3 de enero de 2008

SOMOS PELIGROSOS


A Enrique Falcón
Una noche tú plantaste una semilla,
acabando una frase que hasta entonces estaba a medias.

SOMOS PELIGROSOS
Decimos las verdades,
a veces como puños
nos duelen a nosotros
más que a ellos.
Y no podemos evitarlo,
eso sin duda es lo peor.
Nacimos para esto.
Para clavarnos agujas
mientras soñamos.
Para desear alguna vez
no haber nacido.
Para maldecirnos
por saber demasiado.
Para echar esa mosca
en tu sopa, a escondidas.
Para empuñar las palabras como dardos
contra las manchas que destilan tus miedos.
Para verter ácido
en tus ropas nuevas.
Para sufrir en silencio
las miradas despreciativas
de hasta los que nos quieren.
Para almorzar cristales
y cenar diamantes.
Para ser constantemente ametrallados.
Para llorar de impotencia contra la almohada,
porque siempre vamos desarmados
ante vuestras calumnias.
Para desnudarnos por completo
en cada gesto.
Nacimos siendo tábano,
crecimos siendo rompeolas.
Gritamos y nos desgañitamos
ante vuestro conformismo,
recomenzando cada día
el puzzle de esta ardua existencia,
donde siempre nos faltan
las mismas piezas,
las que vosotros nos escondéis.
Nacemos y morimos a diario,
somos otros,
y os confundís
porque creéis que somos los mismos.

Pero somos peligrosos,
sabemos demasiado.

No hay comentarios: