lunes, 21 de enero de 2008

EL DELEITE

Desde hace mucho tiempo, existe una inmensa secta de imbéciles que oponen sensualidad e inteligencia. Es un círculo vicioso: se privan de placeres para exaltar sus capacidades intelectuales, lo cual sólo contribuye a empobrecerles. Se convierten en seres cada vez mas estúpidos, y eso les reconforta en su convicción de ser brillantes, ya que no se ha inventado nada mejor que la estupidez para creerse inteligente.
El deleite, en cambio, nos hace humildes y admirativos con lo que lo produce, el placer despierta la mente y la empuja tanto hacia la virtuosidad como hacia la profundidad. Se trata de una magia tan potente que, a falta de voluptuosidad, la sola idea de voluptuosidad resulta suficiente. Mientras existe esta noción, el ser está a salvo. Pero la frigidez triunfante está condenada a celebrar su propia insustancialidad.
Uno se cruza a veces con gente que, en voz alta y fuerte, presume de haberse privado de tal o cual delicia durante veinticinco años. También conocemos a fantásticos idiotas que se alaban por el hecho de no haber escuchado jamás música, por no haber abierto nunca un libro o no haber ido nunca al cine. También están los que esperan suscitar admiración por su absoluta castidad. Alguna vanidad tienen que sacar de todo eso: es la única alegría que tendrán en la vida.
Amelie Nothomb

3 comentarios:

La Maga dijo...

Es necesario aclarar que hay seres fantásticos que no cogen nunca un libro y seres repugnantes muy intelectuales y cultos. Como decía Paul Auster: no sé yo si la cultura nos hace mejores personas. En algunos casos supongo que si, quiero pensar que si. Igual que la educación no se adquiere yendo a la universidad. Hay brutos universitarios que no hay por donde cogerlos y hay personas muy educadas,cultas, delicadas y sensibles que jamás pisaron la universidad. Igual que hay malvados que van a misa todos los días y bondadosos y generosos que nunca la pisan. En el mundo hay para todos los gustos. Por eso tenía que puntualizar la frase de Amelie Nothomb

Eva dijo...

Comparto la frase y la puntualización. Los nazis eran profundos amantes del arte y cometieron atrocidades. La doble moral de los meapilas siempre me ha causado urticaria. Pero creo que si bien la cultura no tiene por qué hacernos necesariamente mejores personas, si contribuye a dotarnos de una serie de armas necesarias para sobrellevar los sinsabores de la vida. Pocos consuelos quedan en ciertos momentos salvo el arte.

Te conozco del blog de los pies y de Aerostar y he pasado a saludarte.

Anónimo dijo...

Encantada de tu visita Eva, siempre serás bienvenida como dice Aerostar. Un gran descubrimiento vuestros blogs, si señor. Los visito a menudo. Yo soy nueva en esto pero me apasiona. Y si, el arte nos salva tantas veces. Quizás porque el mundo no es perfecto exista el arte, como dijo alguien.
Un abrazo cibernaútico