miércoles, 30 de enero de 2008

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE

No me creo casi nada. Casi todo lo que me creo al día siguiente no lo doy por válido. Hay gente que tiene las cosas claras desde hace años. A mi las cosas claras no me duran ni un día. Sigo buscando cada día las respuestas y no entiendo como hay gente que ya tiene todas las respuestas. A mi eso me da un poco de miedo. No me gustaría tener las cosas claras. Después de mucho pensarlo he llegado a esa conclusión. Aunque te cree una sensación de vértigo el mirar las cosas así. Si se tienen las cosas claras no se crece, no se evoluciona. Cambiamos todos los días porque las cosas que nos pasan nos cambian. El que no evoluciona está muerto. Me viene a la memoria una entrevista a Alex de la Iglesia con motivo del estreno de su película Crimen Ferpecto. Dijo algo así, algo parecido sobre el protagonista. Que tenía las cosas muy claras y ese tipo de gente le daba miedo. El prota sabe todo lo que quiere pero la vida le da una lección. Si veis la peli os reiréis mucho porque Alex de la Iglesia le da a sus películas grandes cantidades de ironía y humor. Tiene una visión del mundo muy crítica y en el fondo trasciende lo que piensa. Aunque lo lleve todo a extremos. Por cierto que he visto la última de Alex de la Iglesia y la ha pifiado. Le ha salido un bodrio aburrido e infumable, una americanada. Sólo quería decir que si la seguridad en uno mismo pasa por ese estatismo del yo, por ese “yo se todo lo que hay que saber y nadie va a enseñarme nada nuevo” pues prefiero ser insegura. Como dijo Sócrates “sólo sé que no se nada” y ni siquiera eso sé. La inseguridad es de las pocas cosas que tengo claras. El mundo es tan amplio. Nosotros tan pequeños. Todo tan complejo. ¿Cómo puedes asegurar con esa seguridad que lo que tú piensas es lo cierto? Quizá mañana veas las cosas de una manera diferente. Aún así tengo una buena ristra de cosas que me han funcionado la mayoría de las veces, lo que no quiere decir que sean infalibles pero en las que confío. Uno tiene que buscarse pequeñas tablas de salvación.
Una cita para terminar:
“Me decía todo el mundo: tienes que cambiar, tienes que cambiar. Pero yo no era capaz de cambiar. Entonces me dije a mi mismo: tengo que cambiar, tengo que cambiar. Pero tampoco cambié casi nada. Un día encontré a un buen amigo que me dijo: no cambies, sé tu mismo. Y desde entonces estoy cambiando.”
Tampoco estoy muy segura de esto que he escrito. Pero ahí lo lanzo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tengo que cambiar tengo que cambiar tengoquecambiar tengoqkmbiar tngqkmbr astgj
kc
c

Anónimo dijo...

s3sado, no cambies, se tu mismo, que me gusta mucho cuando eres tu.
Besos