sábado, 5 de enero de 2008

SUCEDÁNEOS


SUCEDÁNEOS

Vendería mi alma al diablo por un cuerpo al que abrazarme esta noche. Aunque no sea tu cuerpo. Me vale casi cualquiera.
Nunca he sabido dormir sola, desde pequeña que me metía en la cama de mis padres. Sólo fueron unos días contigo, ¿cómo pudiste dejarme tan marcada? No sé si me enamoré de ti o de una imagen que me venía bien y me inventé a mi medida. En tan poco tiempo ¿cómo es posible?
Me cogiste de la cintura aquella noche y no supe decirte nada porque no podía ni hablar. Te abrazaste a mi barriga como si de una tabla de salvación se tratase. Hundiste tu cabeza en mi pecho como si yo fuese la única que te pudiese proteger. Tú eras de hielo y estabas en una especie de sarcófago y alguien debía salvarte de un hechizo que te impedía amar. Un beso quizás lo desharía y derretiría todo el hielo. Pero mis besos no derritieron nada. No llegaron donde debían llegar, se quedaron en la superficie del hielo y ni siquiera la rasgaron.
Y ahora esta soledad que es como un quiste que se me encona. Y ahora, después de saber que existes, ¿qué hago yo sin ti?¿cómo sobrevivo sin tu dulzura? Ahora no se echarte de mi vida porque no te tengo. Me digo a mi misma que hay mil como tu pero se que me engaño. Aún está fresco el recuerdo de tus manos vagando por mi rostro, explorando cada recoveco, cada poro.
Fue efímero lo nuestro, como las flores mas bellas, por eso fue tan intenso, tan intenso como tu mirada en la que yo quise guarecerme para siempre. Pero siempre es demasiado tiempo y los poetas aman lo efímero. Yo fui para ti como una pluma, fui leve y no dejé rastro.
No me diste la oportunidad de conocerte, ni un te siquiera un día cualquiera. Nada. Enterrados uno muy lejos del otro.
Me costó trabajo hacerme a la idea de que ya no volvería a ver tus ojos pálidos, de que tu cuerpo sería una tumba que no podría profanar. Me costó mucho seguir viviendo sin ti, como antes, ya nada era como antes de conocerte, tú lo cambiaste todo. Desbarataste mis planes, descabalaste mi futuro pulcramente planeado. Sabiendo que tu estabas en el mundo era difícil seguir adelante sin tus manos.
Y por mucho que busco no consigo encontrarte los defectos. Y por mucho que buceo en los recuerdos me falta una mitad, la que no quisiste entregarme, la que te guardaste muy celosamente.
Y ahora, mírame, daría cualquier cosa por abrazarme a cualquier cuerpo esta noche fría. Traiciono tu recuerdo por unas migajas de calor. Me vendo barata esta noche. Casi cualquiera me vale.

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